Ninguna de las cinco armas halladas en la casa de Miguel López le incrimina

Alicante

El juicio por el caso Sala ha llegado a su décima sesión. Este lunes ha testificado la agente responsable de la Policía Científica que se encargó del registro en el domicilio de Miguel López, único acusado. Esta funcionaria ha relatado, por videoconferencia, que encontraron cinco armas en el chalé de tres plantas, pero "ningún rastro" de manipulación de alguna de ellas o de la munición hallada.

 Esta agente ha explicado ante el jurado que el domicilio contaba con muchos recovecos. Una habitación del pánico "con puerta blindada en la buhardilla" a la que se puede acceder desde las escaleras o desde el vestidor del dormitorio principal, "empleado las baldas como peldaños" o incluso un cuarto de baño oculto tras un armario.

En distintas estancias localizaron hasta cinco armas: una pistola en un maletín en esa habitación del pánico; otra pistola en la caja fuerte del dormitorio principal; una escopeta y una carabina en un armero en un baño oculto detrás de un armario y una pistola en el sótano. Además, se contabilizaron 15 cajas de cartuchos.

Muchas armas, sí, pero ningún rastro de que hubieran sido manipuladas (tampoco la munición) para cometer el crimen, porque el interés estaba en que se ha demostrado que los dos proyectiles que acabaron con la vida de María del Carmen Martínez habían sido alterados para que pudieran dispararse con el arma utilizada, que no ha aparecido.

La inspección en Novocar

Esta policía también dirigió la inspección del escenario del crimen. Allí se encontraron dos vainas de bala en el interior del coche. La víctima habría recibido los dispararon en el asiento del conductor. También dentro del vehículo se hallaron restos óseos y el bolso de María del Carmen, con 650 euros. No encontraron huellas "sospechosas".

En el análisis de huellas sí encontraron cuatro en el coche, marca Porche Cayenne, pero "todas de la víctima", e igualmente ha indicado que dentro del coche no se encontron huellas "el cuero es un material difícil para conseguirlas" ha sostenido. Además ha contado que la víctima tenía una herida en la muñeca izquierda, "una quemadura" que posiblemente se produjo al tratar de "protegerse mientras le disparaban".

Tampoco las pruebas de pólvora a los empleados del concesionario, escenario del crimen, incluido el acusado, dieron positivo, según dos de los policías que se dedicaron a esta labor el día del crimen.