Y los cíclopes llegaron a Ibros

Jaén

Seguimos viajando por la provincia de Jaén en busca de la huella que dejaron los íberos en diferentes localidades de la provincia. La cuarta parada nos lleva hasta la comarca de La Loma, en concreto, a Ibros, municipio que cuenta con la imponente muralla ciclópea, una fortaleza construida al final de la etapa íbera y ya cuando los romanos habían llegado a la Península Ibérica. 

La muralla fue descubierta en el año 1860 por el catedrático de Historia Universal e Inspector de Antigüedades, Manuel de Góngora. Actualmente solo queda un 12% de lo que fue un imponente vestigio arqueológico aunque sigue impresionando al turista que la visita. Toma el adjetivo de "ciclópea" recordando a los seres mitológicos que tenían solo un ojo y que construían murallas conformadas por grandes bloques de piedra.

El guía cultural de la localidad, Antonio José Mendoza, recuerda que la población "es puerta de la comarca de la Loma" con lo que el municipio actuaba de "zona fronteriza para pagar los diezmos e impuestos que se cobraban en aquella época". Además, tuvo una relación especial con Cástulo, la ciudad ibero-romana que ha dado fama internacional a Linares ya que ejerció de torre de vigilancia.

Técnica constructiva

Las personas que construyeron la fortaleza siguieron la técnica de característica de estas murallas usando grandes bloques de piedra pero sin utilizar argamasa. Posteriormente "se añadió mortero con pequeñas cuñas para poder apoyar ese tipo de piedra" según Mendoza. La piedra utilizada era arenisca que "con el paso del tiempo se va consolidando" tal y como explica el guía.

Los siglos han pasado a lo largo de la historia en Ibros con fechas destacadas como el año 1157, momento en el que fue tomada por los cristianos aunque luego caería en manos árabes y habría que esperar a Fernando III El Santo para ver como definitivamente son expulsados los musulmanes. Todo ello pasó con la muralla como punto estratégico lo que ha permitido que esté muy ligada a la población.