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Guggenheim Bilbao

Jesse Jones reivindica en el Guggenheim a la bruja como arquetipo feminista

La exposición "Temblad, temblad", instalada a partir de este jueves en el Museo Guggenheim Bilbao / Cadena SER

La artista irlandesa Jesse Jones reivindica en su videocreación "Temblad, temblad", instalada a partir de este jueves en el Museo Guggenheim Bilbao, la figura medieval de la bruja como arquetipo feminista y revulsivo de la sociedad y a la brujería como "herramienta poderosa" para la emancipación de la mujer.

Así lo ha mantenido el director del centro expositivo bilbaíno, Juan Ignacio Vidarte, en la presentación a los medios de comunicación de la obra, comisariada por el especialista del Guggenheim Bilbao Manuel Cirauqui, que entrelaza la videoproyección con la escultura, el sonido y la performance en directo.

La pieza fue creada para representar a Irlanda, país natal de Jessi Jones (Dublín, 1978) en la Bienal de Venecia de 2017 y, para su exhibición en Bilbao, ha sido adaptada específicamente con la incorporación de objetos y documentos históricos relacionados con la brujería en el País Vasco, cedidos por el Museo San Telmo de San Sebastián.

Entre los objetos domésticos de carácter etnográfico exhibidos en la antesala de la proyección, Jesse Jones ha concedido especial protagonismo a la pieza conocida como "argizaiola", una lamparilla de difuntos hecha con un hilo de cera enrollado a una tabla de madera, que se encendía en los hogares vascos y del norte de Navarra el día de las ánimas o Todos los Santos y que todavía hoy se utiliza en algunos pueblos.

La artista irlandesa, que ha especializado su obra en temas como el feminismo y el capitalismo, la autonomía del cuerpo de la mujer y las posibilidades del poder femenino en el mundo, también recorrió alguno de los lugares históricos relacionados con la brujería en el País Vasco y Navarra como la cueva de Zugarramurdi, archivos y museos.

La pieza central de la obra de Jones es una proyección de unos 20 minutos en dos pantallas gigantes en los que una bruja agigantada y encarnada por la actriz irlandesa Olwen Fouéré, que representa el poder femenino y de las fuerzas sobrenaturales, proclama el final del orden jurídico creado por los hombres y la instauración de otro basado en el poder chamánico de las mujeres y propio de la tradición pagana de los celtas y los pueblos precristianos.

Junto a la proyección, la artista dublinesa ha incluido dos réplicas, a gran tamaño, del húmero de "Luci", una hembra de homínido de la especie Australopithecus afarensis descubierto en Etiopía en 1974 y considerada durante décadas la "madre de la humanidad", a modo de referente prehistórico de la mujer.

En el centro de la sala se ha ubicado otra réplica de la piedra que servía de oráculo en la cultura celta, ha explicado Cirauqui.

La instalación se completa con la acción de performance de una colaboradora del Museo que, a modo de oficiante o vigilante de la obra, arrastra de forma ritual una cortina que envuelve la piedra del oráculo, atraviesa la sala y que, tras describir un circulo, se oculta en una pared negra.

El comisario de la pieza, que es la tercera y última que se presenta este año en la sala Film & Video del Guggenheim Bilbao, ha explicado también que el título de la pieza, "Temblad temblad", hace referencia a las protestas feministas en Italia en los años 70 cuando miles de mujeres salieron a las calles coreando el lema “Temblad, temblad, las brujas de vuelta están”.

La autora, que ha realizado exposiciones individuales en instituciones relevantes como la Artangel, de Londres; The Hugh Lane, de Dublín; el Artsonje Centre, de Seúl, y el Londonberry o Spike Island, de Bristol, ha explicado que eligió este título porque le interesaba "relanzar" la idea de que, "como en la Italia de los años 70, estamos ante un precipicio que puede cambiar nuestras vidas, como es el movimiento feminista actual".

Ha relatado que la obra la hizo cuando en Irlanda existía un fuerte debate sobre el derecho al aborto que la legislación no reconocía y ha añadido que, en gran medida, también esta relacionada con esta problemática social.

Jones ha destacado la fuerza que tienen las mujeres cuando se unen para defender una reivindicación como la del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, y prueba de ello, ha dicho, es que en dos años "hemos pasado de casi ni poder hablar de ello a tenerlo reconocido".

Jesse Jones ha admitido que su arte es "político" porque lo que le interesa del mismo es "el papel de una obra en la recuperación de la conciencia".

 
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