Vuelve la pesca en contenedores
Cuando una mujer registra un contenedor junto a su hijo de unos diez años en la mejor ciudad del mundo para vivir, antes llamada Palma, algo no funciona

"La línea roja" de Matías Vallés (31/10/19)
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Palma
Las vacas gordas han pasado volando, en el doble sentido de que han desfilado con demasiada rapidez y a demasiada altura para que la mayoría de ciudadanos pudieran atraparlas.
En cambio, las vacas flacas se arrastran a ras de suelo, con lentitud y al alcance de todo el mundo, incluso de quienes nunca pensarían que tendrían que enfrentarse a los animales famélicos.
Desde que hemos empezado con esta lección de economía recreativa, ustedes temen que les bombardee con las últimas estadísticas de la EPA, el INE, el BBVA, Cruz Roja y los montones de institutos que se limitan a elevar a nivel de números lo que es evidente a nivel de calle.
Por ejemplo, el signo callejero más evidente del renacer de la angustia económica se observa en el retorno de la pesca en contenedores.
Una experiencia personal no puede elevarse a dato global, pero hasta tres registros de contenedores de basura en busca de un tesoro he podido contemplar en un solo paseo.
Más allá de lo pronto que nos acostumbramos a la desaparición de la pesca de residuos, el rebrote no es un buen síntoma.
Cuando una mujer registra un contenedor junto a su hijo de unos diez años en la mejor ciudad del mundo para vivir, antes llamada Palma, algo no funciona.




