Curiosidades de cómo Cuenca se hermanó con ocho ciudades de todo el mundo
Un recorrido a través de los motivos que han llevado al acercamiento de la capital conquense y del momento en el que se han producido
Cuenca
Ocho ciudades se han hermanado con la capital de Cuenca en los últimos 45 años: Cuenca del Ecuador, Ronda, Taxco (Méjico), L’Aquila (Italia), Pajú (Corea), Plasencia, Bolléne (Francia) y Cerreto Sannita (Italia). Precisamente ahora se han cumplido 40 años del hermanamiento con la ciudad de Taxco e incluso en estos días ha saltado la noticia de que el vicealcalde de Leshan solicitó al vicepresidente de la Junta, José Luis Martínez Guijarro, en su reciente viaje a China, que mediase para iniciar el hermanamiento con la ciudad de Cuenca. En Páginas de mi Desván, José Vicente Ávila hace repaso de esa relación entre ciudades.
Curiosidades de cómo Cuenca se hermanó con ocho ciudades de todo el mundo
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La ciudad con la que Cuenca ha tenido mayor relación ha sido con su homónima de Ecuador, creada en 1557 por mandato del virrey y marqués de Cañete, el conquense Andrés Hurtado de Mendoza. El primer acto de relieve entre ambas Cuencas tuvo lugar el 17 de julio de 1950 (curiosamente un día antes de mi nacimiento) con ocasión de la visita a nuestra ciudad de Enrique de Arizaga Toral, alcalde de la ciudad cuencana y embajador extraordinario del Ecuador en la Santa Sede ante la canonización de Santa Marianita de Jesús, celebrada el 4 de junio en Roma.
¿Qué datos tenemos de aquella primera visita oficial del alcalde cuencano? El doctor Arizaga fue recibido por el alcalde Jesús Merchante en la puerta de la iglesia de la Virgen de la Luz, donde se le entregó la medalla de la coronación de la Patrona de Cuenca, realizada el 1 de junio. Una vez que la comitiva ecuatoriana llegó al Ayuntamiento, acompañada de las autoridades de nuestra ciudad, la Banda de Música interpretó los himnos de España y Ecuador; después, la Corporación Municipal bajo mazas y con la presencia del Pendón de Alfonso VIII, celebró en el Salón Rojo la sesión extraordinaria en la que se nombraba al alcalde de la ciudad cuencana, señor Arizaga, Hijo Adoptivo de nuestra Cuenca.
El alcalde cuencano pronunció un discurso de agradecimiento, resaltando la figura de Hurtado de Mendoza, que dejó allí “la herencia de consanguinidad, religión y lengua”, según sus palabras, y al final entregó al alcalde Jesús Merchante las llaves de Cuenca del Ecuador, que constituían una bella joya en plata y oro de la artesanía cuencana.
Terminado el acto, el Ayuntamiento en pleno, autoridades y visitantes se trasladaron a la Catedral a los sones del himno nacional, portando el Pendón de Alfonso VIII el propio alcalde cuencano, que lo entregó al Cabildo. (Creo que es la primera vez que un miembro de otra Corporación portaba el Pendón). En la Catedral visitaron la capilla del Espíritu Santo y la cripta del marqués de Cañete. De las palabras de Arizaga destacamos estas líneas:
“Era muy grande la emoción que yo sentía ante la idea de visitar esta Cuenca que es cuna y raíz de la mía, pero al hallarme en ella y recibir tantas muestras de cordial afecto a mi persona y a la ciudad que represento, la emoción que ya me embargaba alcanzó límites que creía incapaz de contener… Quiera Dios que alguna vez tenga ocasión de corresponder a tanta hidalguía y gentileza en mi ciudad de Cuenca del Ecuador”.
La jornada concluyó con otro acto solemne en la capilla de la Virgen del Sagrario, con la investidura del doctor Arizaga como miembro del Cabildo de Caballeros y Escuderos de Cuenca, recibiendo los hábitos y el birrete, tras la lectura del juramento por parte del maestre, Jesús Herraiz y Cerdán de Landa, quien por cierto invitó luego a un “té íntimo” a la comitiva ecuatoriana en su residencia de la bajada de las Angustias, conocida como Casa Zavala. El alcalde cuencano fue despedido en La Fuensanta en su regreso a Madrid.
Las relaciones con Cuenca del Ecuador se fueron prodigando. Otra fecha señalada en las relaciones de la Cuenca española y la ecuatoriana se produjo el 12 de abril de 1957, dado que se cumplía el IV Centenario de la Fundación de Cuenca del Ecuador. Hasta nuestra ciudad se desplazó el entonces alcalde cuencano, Luis Cordero Crespo, junto a otros representantes del municipio ecuatoriano, con el fin de conmemorar los 400 años de su Fundación por parte de Andrés Hurtado de Mendoza.
En el Ayuntamiento se celebró la sesión plenaria presidida por el alcalde, Jesús Moya, para nombrar a Cordero Hijo Adoptivo de la Cuenca española. Asimismo se acordó dar el nombre de Avenida Tomebamba a lo que era la circunvalación, desde la calle Colón a la República Argentina. El nombre del río cuencano no se colocó en su placa, ni tampoco en otra calle del Paseo de San Antonio cuando se amplió el callejero en 1975.
El río Tomebamba se quedó sin calle en Cuenca y a la que iba a llevar su nombre se le puso San Ignacio de Loyola. Aquella jornada del IV Centenario concluyó en la Capilla del Espíritu Santo ante los sepulcros de los marqueses de Cañete y el encargo a Fausto Culebras del monumento a Hurtado de Mendoza, que hasta allí llegó desde Cuenca y durante su instalación previa falleció el escultor de Gascueña en abril de 1959.
A pesar de estos actos el hermanamiento con la ciudad homónima se hizo esperar. Aun en 1967 otra amplia embajada ecuatoriana llegó a Cuenca el 15 de mayo, siendo alcalde Teodomiro García, designando alcalde honorario al primer edil cuencano, Ricardo Muñoz Chavez, y a la Inmaculada Concepción, patrona de la catedral de la ecuatoriana Cuenca. Aquella visita fue recordada con una placa colocada en lo que fue casa del marqués de Cañete en la calle del Fuero.
Días después fue el alcalde Teodomiro quien viajó a Cuenca del Ecuador, junto a su esposa Lyda García, siendo declarados huéspedes de honor. En 1992 se publicó un libro sobre las dos Cuencas, con fotografías de Ramón Herraiz y textos de Renán Flores Jaramillo. Sería en 2002 cuando el Ayuntamiento que presidía Martínez Cenzano acordó el hermanamiento, que se produjo en 2007, con ocasión del 450 aniversario de la fundación de la Cuenca ecuatoriana con la que hora el lazo más cercano lo tenemos con el nuncio del Vaticano en Ecuador, el conquense Andrés Carrascosa Coso.
La ciudad de Ronda fue la primera española en hermanarse con Cuenca. Podíamos decir que ese hermanamiento entre Ronda y Cuenca fue además el primero que se llevaba a cabo con actos institucionales en las dos ciudades, en septiembre de 1975. En los meses previos se celebró el XXV Aniversario de la Coronación de la Virgen de la Luz, y entre los invitados a los festejos, entre ellos una corrida goyesca, estaba el alcalde de Ronda, Francisco de la Rosa, a quien pude entrevistar, y me comentaba lo siguiente sobre el cercano hermanamiento:
“Cuando recibí la noticia me volví loco de alegría, ya que Cuenca y Ronda son dos ciudades que por sus características paisajísticas y la idiosincrasia de sus habitantes son muy parecidas. Queremos que la hermandad sea viva, pese a la lejanía, a base de una convivencia grande entre ambas ciudades”.
El primer acto de hermanamiento fue en Ronda el 8 de septiembre, con la presencia del alcalde de Cuenca, Juan Alonso-Villalobos y varios concejales, con José Luis Pinós como testigo gráfico. Tras el acto oficial se le puso el nombre de Cuenca a unos jardines que dan al Tajo, que son bellos miradores. La embajada conquense asistió a la tradicional corrida goyesca con Antonio Ordóñez y su yerno Paquirri en el cartel, además de Paco Camino. El hermanamiento en Cuenca se programó para el 20 de septiembre de 1975, dentro de los actos de San Mateo que entonces eran del 19 al 21.
El sábado 20 tuvo lugar a las once de la mañana la recepción a la embajada de Ronda en la antigua iglesia de San Miguel, donde se celebró una misa flamenca, tras la cual se dio lectura del hermanamiento y después se descubrió la placa que daba nombre de “Plaza Ciudad de Ronda”, a ese emplazamiento que da a la fachadas traseras del Museo de Cuenca y las Casas Colgadas, que antiguamente se conocía como placeta de los Teresillos, donde se ubicó un juego de bolos.
Por la tarde, la Corporación rondeña participó en el traslado del Pendón y la jornada concluyó con una cena en el Mesón Casas Colgadas, en cuya pared exterior se leía: “Plaza de Ronda”.
Hemos visto en la prensa de entonces que hubo redoble de tambores de turbas en el hermanamiento de Cuenca con la ciudad mejicana de Taxco. El 16 de octubre de 1979 tuvo lugar ese acto oficial con ocasión del 450 aniversario de la ciudad mejicana, para lo cual se programaron diversos actos tanto en Taxco como en Miami, enmarcados además en la Semana de la Hispanidad.
Junto al entonces alcalde de Cuenca, Andrés Moya, se desplazaron más de una treintena de conquenses, miembros de la Orden del Mar Océano, que desfilaron por la ciudad mejicana ataviados con los vistosos uniformes de los Tercios Españoles. En la información que publicaba Diario de Cuenca, con fotos de Antonio Texeda, recogía que los conquenses desplazados guardarán un cariñoso recuerdo del desfile por las calles de Taxco. Dice así:
“Las avenidas de la ciudad y con un ambiente caluroso por parte de la población, se vieron adornadas con la presencia de una Compañía de Infantería de Marina y los soldados españoles del Tercio, que desfilaron al ritmo de la banda de tambores y cornetas”.
Y atención a lo que sigue, porque no dejaría de ser curioso haber escuchado ese ritmo en el desfile de los tercios. Apunta la información: “Los infantes de Marina, curiosamente, marcaron el paso al son de una música típicamente conquense: el redoble de tambor de nuestras turbas. El espectáculo, en verdad, debió ser singular”.
Como especial debió ser el acto central del hermanamiento entre Taxco de Alarcón y Cuenca. Tuvo como escenario el Ayuntamiento con la celebración de un Concejo abierto en el cual se leyó el acta de hermanar a Cuenca y a la ciudad mejicana que, “con sus bellas casas escalonadas recuerdan a la Cuenca española”, en palabras del alcalde de Taxco, quien resaltó los profundos lazos que quedan ya establecidos entre ambas ciudades.
El alcalde conquense habló en el mismo sentido de hermanamiento entre dos ciudades con “caserío singular adosado a sus rocas y cerros”, obsequiando al primer edil de Taxco con el libro “Cuenca, cosas y gentes”, y con un ejemplar de “El Fuero de Cuenca”, no faltando el “toro ibérico” que a propósito realizó el alfarero Pedro Mercedes. En la cena ofrecida por el Ayuntamiento de Taxco asistieron representantes del Gobierno de Guerrero, al que pertenece Taxco y el embajador de España en Méjico, que quiso acompañar al alcalde Moya en tan señalado acto, dando las gracias a la Embajada y a la Secretaría de Turismo por haber hecho posible el hermanamiento.
Comentabas que se había desplazado bastante gente desde nuestra ciudad. Entre la embajada conquense que encabezaba el alcalde Andrés Moya podemos citar algunos nombres como el del recordado Emilio Gómez Huerta, que era presidente de la recién creada Agrupación de Hostelería; José María Palacios, Arturo Forriol, Agustín de León, Ángel Cañamares, Mariano y Rodolfo Segarra, Félix Rojo, Antonio Texeda y un largo etcétera hasta casi medio centenar de integrantes, tanto de Cuenca como de otros lugares de España, integrantes del Tercio de la Orden del Mar Océano, que participaron en otros actos como el de investidura de los nuevos caballeros y el de la cata del buen vino y el capítulo de la gran barbacoa, con visitas a Florida y Miami, entre el 12 y el 16 de octubre.
El siguiente hermanamiento es con la ciudad italiana de L’Aquila. Se produjo el 11 de octubre de 1986, aunque en los meses previos no faltó la polémica, ya que además del hermanamiento, la Corporación que presidía el alcalde José Ignacio Navarrete decidió nombrar Hijos Adoptivos de Cuenca a Lorenzo Natali, que por entonces era vicepresidente de la Comisión de la Comunidad Europea y a Enzo Lombardi, alcalde de la ciudad italiana.
Y es que el equipo municipal gobernante de la coalición popular no se puso de acuerdo en el primer pleno en los citados nombramientos, ante el bochorno general, y hubo que celebrar otra sesión extraordinaria el 15 de septiembre para alcanzar la unanimidad requerida por parte de todos los concejales. Los actos de hermanamiento se incluyeron en la programación de la II Muestra del Turismo, el Arte y la Cultura “Cuenca 86”, en el que no faltaron un concierto con obras italianas, una exposición y una muestra del Cine de Italia.
En este hermanamiento se le dio el nombre de L’Aquila a un espacio curiosamente bajo la Plaza de Ronda. El citado 11 de octubre comenzaron los actos con una misa en la Catedral, oficiada por el obispo Guerra Campos, y una visita de la delegación italiana al resto del templo catedralicio, tras la cual fue descubierta la placa que da nombre a la Ciudad de L’Aquila, en una plazoleta con arco que da acceso al parque infantil, donde algunos años se guisaban las gachas de San Mateo.
El acto principal tuvo como escenario la antigua iglesia de San Miguel, con la lectura de los acuerdos municipales, con intervenciones del alcalde Navarrete, el embajador de Italia y el alcalde de L’Aquila, Lombardi, para mostrar los respectivos agradecimientos. Lorenzo Natali, que ya había visitado Cuenca en tres ocasiones, y fue el impulsor del hermanamiento italiano con “esta noble, heroica e importante ciudad de Cuenca”, según sus palabras, concluyó como padrino del acto que para él era un honor que Cuenca le convirtiese en portavoz de “la fuerza inmortal de este paisaje y la grandeza histórica de nuestras gentes”.
Quiso el destino que Natali, el vicepresidente europeo que colaboró con la entrada de España en Europa, falleciese tres años después de haber sido nombrado Hijo Adoptivo de Cuenca, con 67 años.
Quizá uno de los momentos en los que se estrecharon los lazos de hermanamiento fue tras el terremoto que sufrió la ciudad italiana. Aunque no faltaron algunas visitas culturales, las relaciones entre Cuenca y L’Aquila se reforzaron aún más en abril de 2009 debido a ese terremoto con víctimas que sufrió la ciudad aquilana y su comarca, decretando un día de luto oficial en Cuenca y enviando telegramas de condolencia y brindando su apoyo al Consistorio italiano.
Dos años después, en 2011, una delegación de jóvenes de L’Aquila visitó Cuenca con ocasión de las Jornada Mundial de la Juventud y entregó en el ayuntamiento a la concejala de Turismo, Nieves Mohorte, una placa de cerámica conmemorativa del XXV Aniversario del hermanamiento, que fue colocado en esta plaza que da acceso al parque infantil.
En los años siguientes llegaron otros hermanamientos hasta los ocho que se contabilizan y recogen también el callejero conquense. Quizá con actos menos vistosos que los que hemos comentado, pero con una simbología muy especial de afecto a estas ciudades. El hermanamiento con la ciudad coreana de Pajú, iniciado por Martínez Cenzano, se rubricó en septiembre de 2007 con Francisco Pulido como alcalde. Una delegación coreana visitó Cuenca durante unos días, destacando las similitudes que tenían ambas ciudades en historia, cultura y turismo.
En 2010 se llevó a cabo otro especial hermanamiento, entre Cuenca y Plasencia, ciudades conquistadas por Alfonso VIII, y con monumentos del rey en ambas, y en ello tuvo mucho que ver un placentino y conquense como lo fue Jesús Jorge Torres Arroyo. El primer acto se celebró en Plasencia, en el primer martes de agosto, conocido como Martes Mayor, y se rubricó en Cuenca el 20 de septiembre, también durante las fiestas de San Mateo, con la presencia de la alcaldesa placentina Elia María Blanco, recibida por el alcalde Pulido.
Dos años después, y con el mandato de Juan Ávila, se realizaba el hermanamiento de Cuenca con la ciudad francesa de Bollène, el 11 de noviembre en la ciudad provenzana y el 2 de diciembre en Cuenca, iniciado diez años con el intercambio cultural y deportivo de entidades de ambas poblaciones.
El último hermanamiento, con la ciudad italiana de Cerreto Sannita lo recordamos coincidiendo también con San Mateo. Fue en septiembre de hace dos años. Antes, en enero de 2017, el hermanamiento tuvo su primer acto en la localidad italiana, y la ratificación en Cuenca se celebró en los días de San Mate, con una amplia expedición encabezada por el primer edil italiano, Giovanni Parente.
El acto se celebró en el salón de plenos del Ayuntamiento, presidido por Ángel Mariscal, y la delegación italiana, que conoció bien la ciudad y su fiesta matea, desfiló tras el Pendón del Rey Alfonso VIII, tanto en la tarde del día 20 de septiembre como en la devolución del día 21, interpretando al final la Banda de Música los himnos de España e Italia.