El castillo de La Calahorra, el segundo más fascinante de España
El Viajero de El País destaca la fortificación del Marquesado del Zenete.
Guadix
Los castillos recogen historias apasionantes y dan a los municipios en los que se ubican un toque de distinción. Los hay de todo tipo y, desde siempre, han supuesto un atractivo turístico capaz de hacer recorrer por sus rincones a miles de visitantes dispuestos a sentir en su piel las historias que allí sucedieron.
Pero hay algunos en los que la historia y la belleza van de la mano y estos son los que han conseguido "fascinar" a uno de los periodistas de viajes más prestigiosos del país, Paco Nadal, responsable de contar sus idas y venidas viajeras en la Cadena SER y en el blog El Viajero de El País. Entre estas edificaciones de gran belleza, el blog de viajes del diario nacional ha destacado una que se encuentra en la provincia de Granada, el castillo de La Calahorra en el Marquesado del Zenete.
Así, según recoge Nadal, hay para él cinco fortificiones que destacan sobre el resto porque se alzan "aisladas en parajes de gran belleza y te trasportan sin tener que echarle imaginación a siglos pasados": el Castillo de Almodóvar del Río, en Córdoba; el de La Calahorra, en Granada; el de Loarre, en Huesca; el de La Mota, en el municipio jiennense de Alcalá la Real, y el de Vélez Blanco en Almería.
Castillo de La Calahorra.
Guadix es una de las ciudades más peculiares de Granada. Pero muy pocos viajeros saben que a pocos kilómetros de allí se extiende una comarca no menos singular —el marquesado del Zenete— a la sombra de un castillo atípico: la fortaleza-palacio de La Calahorra. Esta corona con sus cuatro torreones rematados por cúpulas un cerro alomado a los pies de Sierra Nevada. El castillo fue mandado construir por don Rodrigo de Vivar y Mendoza, conde del Cid y marqués del Zenete. La construcción del baluarte militar empezó en 1509 a cargo de ingenieros españoles. Pero el marqués, que estaba al tanto de las modas allende los Pirineos, encargó la parte palaciega a arquitectos de Italia. Además, no reparó en gastos: todos los mármoles fueron traídos ex profeso desde ese país. Un fabuloso palacio renacentista de gustos italianos en lo más profundo de Andalucía en el que el primer marqués de Zenete solo pudo vivir 11 años, entre 1512 —cuando concluyeron las obras— y 1523. En 1910, un rico estadounidense intentó comprarlo para desmontarlo pieza a pieza y llevarlo a su rancho, costumbre muy en boga entre la “nobleza” norteamericana de principios de siglo XX. En el interior destaca el claustro renacentista, con profusión de mármoles de Carrara y el artesonado de madera de todas las estancias, que es el original de 1509.