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Cada vasco consume el equivalente a cuatro campos de fútbol para satisfacer sus necesidades de consumo

Es el área de tierra o agua ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos, e, idealmente, también el volumen de aire) utilizados para generar los recursos necesarios

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El consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, ha afirmado que la Huella Ecológica vasca, el indicador del impacto ambiental generado por la demanda de la población sobre los recursos, ha bajado un 7% desde 2001, pese a lo cual, es una "cifra insostenible", dado que el consumo de la población vasca supera la biocapacidad de la que dispone porque necesita 2,65 planetas para satisfacer su demanda actual.

Por ello ha defendido "acelerar la transición hacia una economía baja en carbono" e implementar sistemas de producción y consumo más eficientes, que permitirán reducir el consumo de materias primas y energía, así como la generación de residuos y emisiones en los procesos productivos.

El consejero ha presentado en Vitoria el informe "Huella Ecológica de Euskadi 2019", acompañado por la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno Zaldibar.

Arriola ha asegurado que a "fuerza de advertencias de los científicos y de avisos de la naturaleza", la sociedad se va convenciendo de que su forma de vida es "insostenible y tiene efectos tan preocupantes como la destrucción de los ecosistemas y el propio cambio climático".

En ese sentido, ha destacado que "los llamamientos que se hacen por parte de la comunidad científica se tienen en cuenta y cada vez más", y ha afirmado que, desde el punto de vista de los gobiernos, esto tiene que suponer implementar planes que permitan "poder hacer frente en el futuro a las amenazas que tenemos", con medidas como el reciclaje y la reducción de los residuos, al tiempo que y ha asegurado que es "una batalla de todos y de cada uno y que en esta batalla por el futuro del planeta todos somos importantes".

Por su parte, la viceconsejera de Medio Ambiente ha asegurado que el índice de Huella Ecológica nos "pone en frente de la insostenibilidad del sistema y está muy relacionado con la Agenda Euskadi Basque Country, donde se desarrollan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas".

Ha indicado también que todas las políticas del Gobierno vasco se están estructurando en torno a esta agenda, aunque también es importante destacar la importancia de la estrategia de la economía circular, que será aprobada por el consejo de Gobierno.

La viceconsejeara ha afirmado, a este respecto, que las herramientas más importantes en materia de Huella Ecológica en la Comunidad Autónoma Vasca son las que tienen que ver con la transición energética que se está llevando a cabo en Euskadi hacia modelos más eficientes energéticamente, la utilización de energías renovables, una movilidad sostenible y un transporte público basado en energías alternativas y la economía circular, la implementación de una gestión de residuos sostenible, la implantación del eco-diseño, la eco-innovación en las empresas, y, finalmente, la lucha contra el despilfarro alimentario y rebajar el consumo de plásticos de una manera cotidiana.

CONSUMO DE ENERGÍA

Según el informe hecho público este jueves, el consumo de la población de Euskadi supera la biocapacidad de la que dispone porque necesita 2,65 planetas para satisfacer su demanda actual de recursos, mientras que el consumo de energía representa el 50% de la Huella Ecológica de la Comunidad Autónoma Vasca.

Arriola ha afirmado que la Huella Ecológica de Euskadi es de 4,32 hectáreas globales por habitante, un 7% menor que en el año 2001, una cifra que sitúa a Euskadi por debajo de la media europea y de estados miembros como Alemania, Suecia, Noruega, Bélgica, Países Bajos o Austria.

No obstante, tal y como ha apuntado el titular de Medio Ambiente, "Euskadi, al igual que el resto de los países del entorno, muestra unas pautas de consumo no sostenibles".

Según ha detallado, las actividades que tienen un mayor impacto en la generación de la Huella Ecológica de la Comunidad Autónoma Vasca son las relacionadas con el consumo de energía, que suponen más del 50% de esta Huella; los cultivos con un 17%; la pesca con un 14% y la superficie forestal con un 10%. Y los pastos y las infraestructuras representan un 6% y un 1% respectivamente

El consejero ha indicado que cada habitante del planeta dispone de 1,63 hectáreas globales por persona (hag/cap) de superficie biológicamente productiva para satisfacer sus necesidades de consumo, mientras que la sociedad vasca consume 4,32 hag/cap.

Según ha destacado, esto significa que si todos los habitantes del planeta siguiesen las mismas pautas de consumo que los habitantes de Euskadi, la superficie biológicamente productiva del planeta "tendría que ser 2,6 veces mayor que la que es".

Ha afirmado igualmente que la Huella Ecológica relaciona la demanda de la población mundial sobre los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, y la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar esos recursos. En ese sentido representa el área de tierra o agua ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos, e, idealmente, también el volumen de aire) utilizados para generar los recursos necesarios y asimilar los residuos producidos por cada población determinada, de acuerdo con su modo de vida.

Arriola ha asegurado que "Europa, a pesar de que representa el 20% de la Biocapacidad de la tierra y solo cuenta con un 7% de la población mundial, es uno de los continentes denominados "deudores" de Huella Ecológica, ya que consume más superficie de la que dispone".

El modelo de consumo actual ha provocado que la Huella Ecológica de la Unión Europea haya crecido notablemente en las últimas décadas. De 1961 a 2016 ha pasado de ser de 1.600 millones de hectáreas globales por persona a 2.300.

Por ello, con el fin de mitigar esta situación tanto en Euskadi como en Europa, Arriola ha apuntado la necesidad de acelerar la transición hacia una economía baja en carbono e implementar sistemas de producción y consumo más eficientes, gracias a ciclos continuos y regenerativos, que permitirán reducir el consumo de materias primas y energía, así como la generación de residuos y emisiones en los procesos productivos. "Su aplicación en la industria y en otros sectores puede tener unas consecuencias muy favorables a la hora de reducir las hectáreas globales necesarias en relación a las superficies del carbono y de los cultivos", ha dicho.

Según ha recordado, la huella Ecológica es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda de la población mundial sobre los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, en relación con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.

Por su parte, la biocapacidad representa la cantidad de recursos naturales de que se dispone, la capacidad de los ecosistemas para regenerarse, mientras que el déficit ecológico supone la diferencia entre la biocapacidad y la Huella Ecológica de una región o país y aparece la huella de una población excede la biocapacidad del área disponible para esa población.

 
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