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Caso Arandina

'Caso Arandina': de la instrucción a la vista oral

Durante cinco sesiones, fechadas a partir de este jueves, los tres magistrados que enjuiciarán a los tres exfutbolistas acusados de varias agresiones sexuales a una menor analizarán testimonios, documentos e informes antes de emitir su sentencia sobre la responsabilidad penal de los encausados

Fachada de la Audiencia Provincial de Burgos, lugar en el que tendrá lugar todo este proceso desde este jueves / Cadena SER

Burgos

Este jueves está previsto el inicio del juicio que sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial de Burgos a los tres exfutbolistas acusados de agredir sexualmente a una menor en Aranda. Los tres magistrados que forman el tribunal encargado de enjuiciar el caso tienen cinco sesiones por delante para escuchar a una veintena de testigos y analizar pruebas periciales y documentales antes de tomar una decisión sobre la responsabilidad penal de los tres acusados.

La denuncia que dio origen al proceso judicial

El juicio arrancará a punto de cumplirse dos años de los hechos denunciados por una adolescente vecina de Aranda, que contaba en aquel momento con 15 años, quien refirió a la Policía cómo se vio forzada a realizar varias prácticas sexuales con tres jóvenes que por entonces eran jugadores del club de fútbol local. Se trata del mal llamado “Caso Arandina”, una denominación que hizo fortuna a nivel nacional para simplificar un proceso extremadamente mediático que toma esta denominación del club en el que jugaban los tres jóvenes ahora acusados, que entonces contaban con 19, 22 y 24 años.

Siguiendo el relato de la adolescente en la tarde del 24 de noviembre de 2017 accedió a la vivienda que compartían los tres jóvenes con alguno de los cuales previamente mantenía contactos telefónicos y a través de redes sociales. En un momento determinado y sin que mediara explicación ni palabra ninguna, tras apagar ellos la luz de la estancia en la que estaban los cuatro, la menor se vio envuelta en varias prácticas sexuales a las que los tres varones le forzaron a participar pese a que intentó oponerse a ello. Una situación durante la que afirma haberse sentido bloqueada y haber experimentado miedo por la posición de superioridad física de los tres jugadores.  La adolescente añade que tras este episodio en el que participaron los tres hombres fue abordada y forzada nuevamente en otra habitación de la casa por uno de ellos, que además ignoró su petición expresa de que parara.

Los acusados niegan los hechos

En el polo opuesto se sitúa el testimonio de los tres encausados que desde el primer momento han negado todos los hechos denunciados, rechazando haber mantenido ningún tipo de contacto sexual con la denunciante, con la que solo reconocen haber pasado un rato en su domicilio viendo la tele y compartiendo aplicaciones para el móvil. Una de las cuestiones que quedan por aclarar en el juicio es la afirmación de uno de ellos de que la menor volvió al domicilio días después del mencionado 24 de noviembre, lo que niega la propia adolescente y no confirman el resto de acusados.

Las partes se posicionan en polos opuestos

Decidir cuáles son los hechos probados y sus consecuencias penales para los acusados es lo que se dirime en este juicio, en el que las posturas de las acusaciones y defensas reflejan la misma polarización: tanto la Fiscalía como las acusaciones particular y popular (ejercida por la Asociación Clara Campoamor) afirman que los tres jóvenes cometieron tres agresiones sexuales, porque consideran a cada uno de ellos autor de un delito y colaborador necesario de los que cometieron sus compañeros siguiendo la doctrina del Tribunal Supremo en el Caso de La Manada . Les acusan además de haber usado las redes sociales para prepararlo todo, circunstancia recogida también como delictiva por el Código Penal. Por ello la parte acusadora pide penas que van entre los 39 y los 44 años de prisión. En el lado opuesto las tres defensas insisten en la versión de los acusados de ausencia total de relación sexual alguna, afirmando que este caso no va más allá de la fantasía de una adolescente por lo que piden la libre absolución para los tres jóvenes.

Cinco sesiones de vista oral que condensarán año y medio de instrucción

Quienes dictarán la sentencia sobre este caso son los tres magistrados de la sección primera de la Audiencia Provincial de Burgos tras la celebración de las cinco sesiones de la vista oral que se celebrarán a puerta cerrada para preservar la intimidad de la menor, desde este jueves 21 de noviembre hasta el miércoles 27. El tribunal tendrá ante sí una versión condensada del año y medio que ha durado la instrucción de este caso, profuso en testimonios y más aún en pruebas periciales y documentales.

Como es habitual el primer día la sala escuchará a los tres acusados, mientras que la segunda sesión comenzará con la declaración de la menor denunciante, a la que seguirá el testimonio de sus padres. El testimonio de la víctima ha sido el eje sobre el que ha pivotado la instrucción que ha llevado a cabo la titular del Juzgado número 1 de Aranda en ausencia de otras pruebas concluyentes. Por lo que se refiere a los testigos que han declarado durante la investigación son mayoritariamente de referencia, es decir, saben de los hechos por lo que les ha referido la menor sin haber tenido conocimiento de ellos de forma directa. El único testigo que estuvo presente en el escenario de los hechos, un cuarto jugador de la Arandina que ese día se albergaba en el mismo domicilio, indicó en su declaración que solo se ausentó un cuarto de hora de la estancia en la que estaban sus tres compañeros con la joven, asegurando no haber oído y visto nada raro que revelara los hechos denunciados.

Tampoco se extraen conclusiones determinantes ni de las pruebas biológicas recogidas por la policía en el piso de los futbolistas ni tampoco del volcado de sus dispositivos móviles y electrónicos, que, sin embargo, sí plantean algunas incógnitas o datos periféricos que sin duda serán utilizados por defensa o acusación. Es el caso de una conversación de wasap mantenida en un chat compartido con otros dos jóvenes ajenos, en principio, a este caso, en el que  uno de los tres acusados comparte fotos de la menor capturadas de sus redes sociales y relata hechos similares a los denunciados. Lo paradójico es que la conversación de wasap tiene lugar un día antes del que la adolescente indica que se produjeron los hechos. En cualquier caso los datos que han podido recogerse de estos dispositivos electrónicos son mucho menos reveladores de lo que se esperaba, dado que cuando llegan a manos de la policía parece haber sido limpiados de todo contenido anterior a una fecha muy concreta: el día en el que la educadora de la adolescente se pone en contacto con los jóvenes para advertirles de que se distancien de ella porque es menor de edad. Ese mismo día se registran búsquedas en uno de los dispositivos de los jóvenes relacionados con información sobre delitos de carácter sexual.

Para aclarar estas cuestiones entre los más de 20 testigos están llamados a declarar en el juicio tanto el cuarto jugador de la Arandina, como uno de los componentes del mencionado chat de wasap y la psicopedagoga de la menor, que es también la primera adulta a la que cuenta los hechos.También han sido citados varios familiares de la adolescente y otros jóvenes de su entorno, menores de edad en algunos casos.

Declararán ante el tribunal agentes de la Policía Nacional que trabajaron en el caso y expertos que explicarán los informes periciales, tanto forenses como psicológicos. En este caso el interés se centra más bien en las valoraciones psicológicas y de madurez solicitadas por las partes. Y es que el código penal libera de la comisión del delito de mantener relaciones sexuales con una persona menor de 16 años a quienes tengan una edad y un nivel de madurez similar, sin más concreción. Y por supuesto, siempre que no sean relaciones forzadas, aunque no se pueda hablar de consentimiento al contar la adolescente con menos de los 16 años marcados por la ley para admitir las relaciones sexuales. El resultado de alguno de estos informes que se conocieron durante la instrucción indicaban un cierto equilibrio en la madurez de la adolescente con el menor de los encausados, pero no de los otros dos. Entre las pruebas admitidas por la Audiencia se incorpora un informe solicitado por la defensa de uno de los acusados cuyas conclusiones son distintas al que figura en la instrucción.

El juicio finalizará con las conclusiones definitivas, los informes de las partes y la última palabra de los acusados. Y a partir de ese momento solo quedará esperar la sentencia del tribunal.

 
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