"Necesitamos unos nuevos cocineros"

Palencia

Todos estos días muchos ciudadanos asistimos atónitos a los juegos de estrategia de nuestros políticos. Por un lado, un pacto de investidura, entre dos fuerzas políticas, que necesita de otros siete grupos para seguir adelante. Cómo afirmaba en una viñeta el Roto “se abrazan para no caerse.

Unidas Podemos ha perdido a mitad de sus escaños en dos años. El Presidente del Gobierno, aconsejado por sus gurús, nos ha llevado a unas elecciones, en los que ha obtenido el mismo resultado. ¡Quién paga este desaguisado! Lo que no se pudo hacer en 6 meses, se ha conseguido ahora en 48 horas.

En la otra orilla El PP no puede presumir mucho. Ha obtenido su segundo peor resultado de la historia. Ciudadanos, con la estrategia alocada de Ribera, ha perdido la mayoría de sus diputados. Lo más coherente ha sido la dimisión de su líder. Creo que algún líder más debería irse para su casa.

Vox ha obtenido un resultado espectacular. La cuestión catalana, la exhumación de Franco, el descontento de muchos ciudadanos, la inmigración… ha disparado sus resultados. Es en las pocas cuestiones, en las que ya somos europeos. Con un discurso populista, simplista e irreal ya es la tercera fuerza de nuestra nación. Y no nos olvidemos del buen resultado obtenido por los nacionalistas e independistas. La situación del Parlamento parece una auténtica Torre de Babel.

Vivimos en una constante posición de ataque, sin bajar nunca las defensas. Y así, los políticos de un color se dedican a buscar las grietas de los ideales de los otros, tapando las suyas de la manera más cutre posible.

Aunque algunos les cueste, antes o después habrá que sentarse en una mesa. Escuchar, serenar, proponer son algunas de las recetas que necesita nuestra sociedad en este momento dentro del marco constitucional. Un marco que habrá que reformar. En todas las sociedades europeas se han ido reformando los diversos marcos jurídicos y no se ha roto ningún estado o nación.

Pactar implica negociar. Implica bajarse del carro de la razón absoluta que muchos pretenden tener siempre. E implica también ceder. Tres actitudes: diálogo, humildad y cesión que parecen bastante distintas de los monólogos, chulería e intransigencia que vemos demasiado a menudo.

Quizás por ahora la política no pueda ser de otro modo, en esta era de las comunicaciones exageradas y las polémicas de consumo, pero que no nos conviertan a todos, en todos nuestros espacios vitales, en rivales incapaces de dialogar y encontrarnos en la vida.

Estos días la agresividad ha llenado los debates en los diversos medios de comunicación. También en muchos hogares se ha dejado de hablar de política para no acabar como el Rosario de la Aurora. Una pena que queramos imponer nuestra verdad a base de gritos, insultos y vejaciones.

Necesitamos cambiar los ingredientes para solucionar el problema político. Quitar de nuestros armarios a los radicales que incendian los puentes de entendimiento entre las personas.

Hoy más que nunca necesitamos poner unos buenos cocineros que sepan armonizar los diferentes aromas que existen en nuestro país. Sino acabaremos mal, pero que muy mal.