Un policía nacional, presunto responsable del accidente mortal de la M-45

Madrid

Medianoche del sábado, autovía M-45. Dos vehículos están parados en el arcén sin la suficiente señalización. El conductor de uno de los dos coches, una furgoneta, se encuentra en el interior.

Instantes después un Seat Toledo se empotra en la parte trasera de este coche y su conductor fallece casi en el acto. El Samur, que llega el primero, certifica el fallecimiento.

La sorpresa iba a saltar cuando entra en escena la agrupación de tráfico de la Guardia Civil que debe investigar el siniestro.

El conductor del Seat Toledo, el vehículo que embiste, es una agente de la Policía Nacional que presenta una fractura en el brazo derecho y precisa de traslado al Hospital.

Pero no esta grave por lo que los agentes de tráfico proceden a practicarle la prueba de alcoholemia: primera prueba, 0,76 miligramos, segunda prueba,0,73.

Es decir, un delito contra la seguridad vial que se suma a otro ilícito penal: el homicidio sobre el conductor de la furgoneta.

El agente implicado estaba fuera de servicio y viajaba en su coche particular. Queda por aclarar la velocidad a la que se desplazaba que en ese punto es de 120 kilómetros por hora.