La Junta declara la fiesta del Cascamorras como Bien de Interés Cultural
Como significados culturales contemporáneos de esta fiesta, el documento que ha impulsado esta declaración señala el de expresión colectiva de las identidades locales de las ciudades de Guadix y Baza
Baza
La Junta declara la fiesta del Cascamorras como Bien de Interés Cultural de Andalucía. El gobierno andaluz reconoce así esta celebración conjunta de las ciudades de Guadix y Baza como una de las expresiones culturales más específicas y singulares de Andalucía, según el informe elaborado por la Dirección General de Bienes Culturales y Museos de la Consejería de Cultura.
La Consejería de Cultura ya inició hace un año el expediente para la inscripción de la fiesta del Cascamorras de Guadix y Baza en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Actividad de Interés Etnológico. Con esta acción, la fiesta popular granadina quedaba automáticamente protegida en tanto se completaba la tramitación como BIC.
Como significados culturales contemporáneos de esta fiesta, el documento que ha impulsado esta declaración señala el de expresión colectiva de las identidades locales, dejando espacios para su expresión local diferenciada y creando nexos identitarios entre ambas localidades, aludiendo a elementos simbólicos que remarcan la historia compartida de accitanos y bastetanos con la Virgen de la Piedad, cuya tradicional celebración permite canalizar la tensión social a través de la fiesta comunitaria que ofrece un espacio libre y espontáneo para recrear un tipo de religiosidad popular muy singular.
HISTORIA
La celebración está protagonizada por la pugna de las poblaciones de Guadix y Baza, para la posesión y custodia de la imagen de la Virgen de la Piedad, cuyo origen se remonta al siglo XV, cuando tras la conquista cristiana de Baza, el accitano Juan Pedernal la descubre en los escombros de una antigua ermita en la que se encontraba trabajando con un grupo de albañiles.
El hecho derivó en un pleito entre ambas comunidades por la posesión de la imagen que se resolvió tras muchos años con la permanencia de la virgen en Baza y el derecho de Guadix a dedicarle una función anual.
A partir de entonces, cada año a principios de septiembre, una comitiva accitana formada por las autoridades, algunos vecinos y el obispo, viajaban hasta Baza haciendo uso de su derecho de celebración.
La comitiva era acompañada por una especie de bufón que amenizaba el viaje, y que a la llegada a Baza increpaba en tono burlón a los vecinos, amenazando con robarles la Virgen de la Piedad, mientras que los bastetanos trataban de impedir su paso por las calles del pueblo. Este bufón sería el origen del Cascamorras, tal como se conoce la fiesta.
Desde entonces, cada 6 de septiembre el personaje entra en Baza con la intención de llegar al Templo de Nuestra Señora de la Piedad y llevarse la imagen a Guadix. Los bastetanos impiden que lo logre dificultando su carrera e intentando mancharlo con pinturas y aceites de color negro. Si alguna vez el Cascamorras llegara limpio al templo, podría llevarse la Virgen de la Piedad a su pueblo.