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El significado mágico y esotérico de una cueva misteriosa en un pueblo de la Mancha

Visitamos el subsuelo de Villarrubia de Santiago, en Toledo, para conocer la Cueva de la Yedra

Interior de la cueva de la Yedra en Villarrubia de Santiago, en Toledo. / Misterios Conquenses

Cuenca

El municipio toledano de Villarubia de Santiago esconde en su subsuelo una cueva de la que se desconoce su origen y el motivo de su construcción donde se mezcla la historia, la tradición y el pensamiento mágico. Han visitado esa cueva Sheila Gutiérrez y Miguel Linares, los coordinadores del espacio Misterios Conquenses que emitimos los martes en Hoy por Hoy Cuenca.

Vamos a comenzar con el significado literal de la palabra cueva, que no es otro que el de ser es una cavidad natural del terreno causada por algún tipo de erosión de corrientes de agua, hielo o lava, o en algunos casos una combinación de varios de estos factores.

¿Y para que se han utilizado las cuevas a lo largo de la historia? En ocasiones sirvieron como cobijo a animales y seres humanos, pudiendo ser acondicionadas para vivienda en forma de casas-cueva como las que aún se pueden visitar en Gascueña (Cuenca).

Puerta hacia el interior de la cueva. / Misterios Conquenses

Las cuevas siempre han estado ligadas a la tierra, con el mundo subterráneo, lugar de origen de mitos y leyendas. Y algo muy curioso en muchas ocasiones lugar elegido para el nacimiento y de enterramiento de héroes y dioses.

En muchos culturas se sigue creyendo que las cuevas son el lugar donde viven criaturas sobrenaturales gnomos, espíritus y dragones, guardianes de tesoros y de fuerzas demoníacas.

También han sido utilizadas para el estudio de doctrinas no aceptadas por la sociedad y la Iglesia, donde unos atónitos iniciados escuchaban cómo los maestros les instruían en aquellos conocimientos prohibidos.

La cueva de Villarrubia de Santiago

Fue una experiencia irrepetible, la excursión nos dio para mucho, visitamos cuevas, trincheras, un búnker ruso y una mina de lapis specularis, que es un yeso cristalizado que los romanos usaron como cristal para las ventanas durante los dos primeros siglos de nuestra era.

Plinio el Viejo, realizó estudios e investigaciones en fenómenos naturales, etnográficos y geográficos, quien dijo que el mejor lapis specularis de todo el Imperio Romano se encontraba a 100.000 pasos alrededor de la ciudad de Segóbriga, y dentro de ese área se encuentran las minas de Huete.

Actualmente se pueden visitar varias minas en la provincia de Cuenca: La Mora Encantada en Torrejoncillo del Rey, La Condenada y La Vidriosa en Osa de la Vega y Las Cuevas de Sanabrio de Saceda del Río en Huete .

Interior de la cueva de la Yedra. / Misterios Conquenses

En la visita a la Cueva de la Yedra de Villarrubia de Santiago, en Toledo, nuestro guía fue Antonio Martín Asperilla, un explorador de los de verdad, nuestro Indiana Jones español, escritor, divulgador de historias y leyendas.

Y gracias a esa ansia de recuperar un legado casi perdido, fuimos unos de los afortunados en visitar uno de los tesoros más grandes que tenemos en Europa, un lugar del que se sabe muy poco.

No tenemos datos exactos de su fecha de construcción ni su utilidad ni el motivo de que se encuentre en un lugar tan mundano como en dentro de un terreno del pueblo.

La Cueva de la Yedra es un lugar mágico y muy peculiar, tanto que para acceder a ella hay que hacerlo de una forma no muy normal, pertenece a una propiedad privada, no tiene entrada directa y tuvimos que hacerlo por una escalera de tijera de toda la vida que nos prestó el dueño.

Imaginaros la escena, un grupo de diez personas aproximadamente, de todas las edades, subiendo por aquella escalera de madera apoyada en un muro que hay que saltar y después de comenzar esta aventura nos adentramos en una gruta que al principio no se nos antojó muy diferente a otras en la que hemos estado.

Tiene una pequeña bajada, un pasillo en el que se pueden apreciar puertas antiguas, quizá aquel lugar fuera utilizado como bodega, con unas cavidades en las que encajarían las tinajas allí almacenadas e incluso observamos algún viejo y oxidado gancho para atar a algún burro o caballo.

Antonio nos explicó que posiblemente estábamos ante una de las construcciones más misteriosas, que aquel lugar pertenece al entramado de galerías que recorren el pueblo y que antiguamente algunas de ellas se comunicaban con la iglesia.

Andamos unos metros y llegamos a la galería central, la joya de la corona, y ahí sí que nuestra atención se disparó. Era una sala llena de columnas, con una central que descuadraba con la armonía circular de sus compañeras. Antonio nos explicó que aún estado arqueólogos allí estudiando el lugar han sido incapaces de determinar su fecha ni su utilización.

Aquí seguramente erraremos en nuestra información, ya que a los únicos datos a los que hemos tenido acceso nos lleva a una época en la que la cueva pertenecía a una casa que se ubicaba enfrente del solar, donde actualmente está el acceso.

Esta teoría es muy coherente ya que a la entrada del pasillo de la cueva nos encontramos con una puerta tabicada y que la galería quedaría justamente debajo de esta casa.

Rumores y testimonios nos narran que al dueño original de la cueva le gustaba el juego y que un día en una partida de cartas ya no contaba con dinero con el que seguir jugando. Y como podéis imaginar apostó la propiedad, la que lamentablemente perdió.

Pero siguen siendo rumores y suposiciones ya que la teoría o duplicación más lógica y probable sería la de la cesión de la cueva como resultado de una transacción comercial.

Cuando se entra a un lugar similar como en el que nosotros nos encontrábamos es inevitable imaginarte como habría sido en otras épocas, su uso, su utilidad y aquí algo choca.

No es una cueva en la que se intuya que tuviera grandes lujos, con detalles increíbles, sino que es todo lo contrario, un lugar muy sencillo, sin bóvedas, ni columnas decoradas.

Una de las curiosidades que nos contó nuestro amigo, es que la columnas siempre se evitan en cualquier construcción por que quitan sitio útil y habitable, pero en este lugar son las protagonistas.

Nueve columnas en forma circular y una columna central, la que quita el sueño a los investigadores, y no sólo por su utilidad sino porque no se sabe el motivo por el cual está desgastada como a media altura, no es un desgaste exagerado pero si lo tocas, como hicimos nosotros, se puede apreciar la erosión de la piedra.

Podríamos decir que es tan fácil como que allí ataran algún animal y que este diera vueltas con alguna misión. Otra explicación sería el haberla construido como elemento de contención y estabilidad de la cueva, aunque nos dijeron que este motivo estaba descartado, la cueva se sostenía por sí sola.

Así que es inevitable el pensar que aquello estaba hecho y colocado de forma que nadie lo supiera y utilizada para reuniones o rituales que del que no conocemos su objetivo. La distancia entre columnas no correspondería para la utilización de bodega ya que serían un estorbo continuo para el llenado y transporte de las tinajas. Y que no tienen ningún sentido tenerlas allí ocultas. Lo más normal hubiera sido estar a la vista de todos, en el patio o entrada, y hubieran sido bonitas ¿Sería un lugar oculto, secreto, donde solo los elegidos tendrían la suerte de conocer este lugar? Las explicaciones y atribuciones mágicas apuntan que Juan de Herrera, heterodoxo y miembro de una logia cántabra, pasó por el pueblo. Gran conocedor de las matemáticas mágicas que luego plasmaba en sus construcciones y que dejaba allí por donde iba un reguero de seguidores fascinados por aquella doctrina armónica y también por su misticismo.

Antonio nos contó que no necesariamente tuvo haber sido él quien construyo la cueva, pero sí que podría haberlo hecho alguno de sus discípulos, con el fin de poder realizar allí sus reuniones, un lugar donde poder hacer sus rituales.

Un lugar mágico, reuniones secretas, una construcción hecha por fórmulas matemáticas increíbles y sobre todo con la duda de porqué fue elegido ese terreno para construir una cueva, esa unión donde las profundidad y oscuridad se hacen palpables, quizá una puerta al inframundo, una conexión interna que nos devuelve a sentir la protección de cuando estábamos en el útero, o simplemente destinada a ser la bodega de una familia. De lo que estamos seguros es de que es un lugar muy especial.

 
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