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Desmontan dos laboratorios de cocaína en la selva colombiana y en Toledo

Prouducian dos toneladas al mes de esta sustancia estupefaciente. Ha sido gracias a la colabotación entre ejército colombiano y la policía española

Policía Nacional

Toledo

La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal con capacidad para producir dos toneladas de cocaína al mes en la primera operación conjunta con el Ejército de Colombia en la que se ha podido desmantelar dos laboratorios clandestinos, uno en origen en la selva de este país sudamericano y otro en destino, concretamente en el municipio de Casasbuenas (Toledo).

En España se han practicado nueve detenciones, destacando cuatro 'cocineros' venidos desde Colombia y el considerado como cabecilla de la red desmantelada, un disidente de la organización terrorista de las FARC que pertenece al Frente 21. El asalto del laboratorio en España precisó de la participación de agentes del GEO y en Colombia el ejército abrió fuego para poder actuar en Tolima, uno de los puntos que concentra mayor producción de cocaína.

"Es la primera vez que se interviene un laboratorio en origen y en destino de una organización que tenía contactos desde España con otros clanes de narcotraficantes gallegos, valencianos y también de Italia o Francia", ha explicado el comisario Antonio Duarte, jefe de la Brigada Central de Estupefacientes, que ha dado cuenta de la operación en el Complejo Policial de Canillas.

ENTRADA POR EL PUERTO DE VALENCIA

La droga, que se distribuía en Europa, entraba desde el Puerto de Valencia camuflada en contenedores de carbón de hulla gracias al apoyo que prestaba un ciudadano español residente en la localidad toledana de Navahermosa que contaba a su vez con un entramado de empresas. La cocaína que salía de la selva colombiana se impregnaba en el carbón de hulla y, una vez en el laboratorio en España, se sometía a un "complejo proceso químico para recuperar la cocaína".

En la actuación en el laboratorio de Casasbuenas se intervino 150 kilogramos de coca base, siete kilogramos de cocaína lista para su distribución, siete toneladas de productos químicos utilizados como precursores, un revólver y más de 100.000 euros en metálico. Entre los arrestados había una persona armada encargada exclusivamente de dar protección a los cuatro 'cocineros'.

En el laboratorio de la selva de Colombia, por su parte, fueron intervenidos elementos para el procesamiento de pasta base y clorhidrato de cocaína, en el que se intervinieron 260 litros de base de coca en proceso, 400 kilogramos de hoja de coca, útiles para procesamiento y miles de precursores.

SOBREPRODUCCIÓN DESDE SUDAMÉRICA

Los investigadores han puesto en valor la actuación conjunta con las autoridades sudamericanos para atajar la mayor exportación de droga debido a la "sobreproducción" desde Sudamérica. Esto lleva a las organizaciones criminales a la "descentralización de la producción" y multiplicar las formas de transportar la sustancia ilícita. Los propios agentes han puesto de ejemplo de esto último la interceptación en Pontevedra del primer 'narcosubmarino' detectado en Europa --en América Latina es frecuente--, con más de 3.000 kilos de cocaína en su interior.

Entre los nueve detenidos hay también un lugarteniente del disidente de las FARC. Ambos controlaban otro centro de adulteración y corte de cocaína en la provincia de Guadalajara. En la localidad de Azuqueca de Henares se llevaron a cabo tres registros domiciliarios, entre los que destacaban estos dos cabecillas. Aquí se intervino cinco kilogramos de cocaína listos para su distribución, así como 110.000 euros en metálico.

La operación ha estado tutelada por el Juzgado de Instrucción número 4 de Toledo y el apoyo del 6, así como de la Fiscalía Antidroga. La investigación iniciada a principios de 2019 seguía la pista al Frente 21 de las disidencias de las FARC, que controla la zona de Tolima para enviar cocaína en barcos y contenedores hacia Centro América, EE. UU. y Europa.

Cuando las Fuerzas Armadas Colombianas se aproximaron al lugar se produjo un enfrentamiento armado con los puntos de vigilancia de las FARC, tras el cual los responsables huyeron para no ser detenidos y se ocultaron en la zona selvática. El laboratorio fue destruido para evitar que siguiese con su ilícita actividad. "Aquello se puede considerar zona de combate, uno de los puntos donde se concentra mayor número de laboratorios clandestinos", ha precisado el comisario Duarte.

 
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