Está todo dicho ya a la hora de valorar la violencia de género, esa maldita lacra que tenemos en nuestra sociedad. Una sociedad que parte de ella, afortunadamente poca, la niega, y otra que aunque es consciente no encuentra los mecanismos para ponerle fin. Pero no por repetir vamos a dejar de lado la condena.
Con sus más duras palabras, para que cada culpable pague con todo el peso de la ley y sobre todo, para que las mujeres que se ven ahora mismo amenazadas, tengan el valor de denunciar.