El enemigo

León

En este tiempo de incertidumbre, cuando las verdades se desdibujan como trazos de un pincel en el agua de la modernidad, conviene a veces mirar quién apoya algunas causas y, sobre todo, quién se opone.

Y así, si le caben a uno dudas sobre la bondad de un gobierno social podemita, con permiso de los votos de Junqueras , estas se desvanecen como la niebla al mediodía cuando observa el rechazo furibundo de la patronal, de los príncipes de la iglesia y de la derecha toda, desde la más light hasta la heredera de Pelayo y sus esencias. Debemos de estar en el buen camino , se dice la conciencia zurda ante tamaña ofensiva nacionalcatólica.

Tres cuartos de lo mismo me ocurre con la inopinada conversión al leonesismo del alcalde Diez y la ofensiva que por tierra, mar y aire se ha desatado ante tamaña deriva separatista.

De la boca del regidor salen verdades como puños: León precisa de una autonomía, comunidad de vecinos o concejo que nos saque del engendro vampírico de Castilla y León , donde solo nos cabe esperar en silencio a que concluya la agonía. Y como dopados velociraptores han reaccionado los detractores de la idea: ofendiditos como el PP pucelano donde personajes como de Santiago Juárez y Pilarica del Olmo disfrutan de una jubilación dorada , o los chicos de la cúpula sindical que desoyen tenazmente a sus representantes legionarios, o los turborenovadores del Napoleón Egea y hasta su propio partido, que ya ha le ha dado la espalda en misiva remitida desde Ferraz. Con este personal en contra, nadie debería dudar de lo certero de la propuesta joseantoniana.

Ahora ya solo falta convencer a la legión cazurra que con el soplo sagrado del voto llena elección tras elección las velas de los apóstoles de Villalar. Pero eso , si acaso, ya lo dejamos para más adelante, cuando haya que abrir otra botella de Gamonal para escribir iluminados la carta a los Reyes Magos.