Cádiz abraza a Cyrano
Ovación para José Luis Gil por su versión del clásico francés en el Teatro Falla
Cádiz
Cuenta José Luis Gil que gran parte de su pasión por la interpretación estaba en Cyrano de Bergerac. Como el niño que ve a un futbolista prodigioso y quiere dedicarse al balón para siempre. O el que escucha a un grupo o un cantante y quiere volcarse en la música. Para José Luis Gil el personaje de prominente nariz representaba el súmmum de la interpretación por lo que tenía de reto encarnar la ternura, desazón, valentía, miedos, frustración o melancolía de un hombre enamorado y atormentado. Y ese sueño se viene cumpliendo desde que, con la dirección de Alberto Castrillo-Ferrer, puso en pie su propia versión teatral. Este fin de semana ha recalado en el Teatro Falla de Cádiz, con casi todas las entradas vendidas. La ovación de varios minutos revalida el cumplimiento de un sueño, el abrazo sincero del público gaditano respalda su esfuerzo y empeño.
Cyrano de Bergerac, un poeta y dramaturgo coetáneo de Molière, inspiró a Edmond Rostand para escribir una reflexión sobre el amor. Cyrano, hábil espadachín, lleno de enorme ingenio, ama a su prima Roxana. Pero jamás le confesará su amor, acomplejado por su enorme nariz. Roxana ama a Christian, un apuesto cadete, quien también ama a Roxana, pero carece de la inteligencia y profundidad para enamorarla. Y entonces Cyrano ayuda a Christian a darles las palabras que Roxana demanda. Y Roxana se enamora. Pero, ¿se enamora de Christian o de sus palabras que, en realidad, son de Cyrano?
La obra, recitada en verso durante las más de dos horas que dura el espectáculo, mantiene con solvencia la calidad del texto original y respeta el espíritu de las versiones más celebradas. Gil sobresale con una voz y dicción exquisitas, soporta el peso dramático del personaje y brilla en los monólogos y largas disquisiciones, como su intervención final. El resto del reparto funciona bien. Destaca también una estupenda Ana Ruiz, en el personaje de Roxana, que desprende emoción desde su intenso personaje, en los momentos de enamoramiento hasta los más dramáticos.
Es cierto que no todo funciona. Los números musicales no terminan de brillar, la escenografía con una pared sobre la que hay proyecciones audiovisuales coarta y limita la acción dramática, las bufonerías y arranques de vodevil aparecen y desaparecen de forma forzada, algunos secundarios aparecen desdibujados. Pero en conjunto es una obra que va de menos a más, en progresión positiva, lo que contribuye a que la sensación final sea más satisfactoria.
Destacan la clásica escena del balcón, perfectamente resuelta en cuanto a disposición e interpretación, y el final con un José Luis Gil pletórico batiéndose contra sus enemigos pero guardando su penacho, el símbolo del triunfo de su honor. Durante varios minutos, el público del Falla aplaudió de pie ante unos emocionados actores. No hay mayor éxito que compartir un sueño cumplido.
Pedro Espinosa
En Radio Cádiz desde 2001. Director de contenidos de la veterana emisora gaditana. Autor del podcast...