El resumen cofrade del 2019 en sonidos (parte I)

Jerez de la Frontera

La Hermandad de la Exaltación hizo, una vez más, gala de saber hacer bien las cosas; algo que parece tan complicado a veces en las cofradías. El traslado de ida a la Santa Iglesia Catedral fue extraordinario en todos los sentidos. Con buen gusto, con saber estar, paciencia por aguantar 15 minutos y demorar su salida, saber andar largo y racheado cuando había que andarle o reposar el compás costalero ante unos villancicos en la calle Sol. Por saludar de manera emotiva a la Hermandad de la Angustias o con un suave ‘sobre los pies’ debajo del puente que lleva por nombre el de la Dolorosa de la barriada de la Vid.

La Patrona de Jerez, radiante como Ella sola, pasó por sus calles adoquinadas, donde el tiempo se rompió al compás de los quejíos flamencos en la Peña Tío José de Paula, la plegaria en la voz joven de unos devotos a las orillas de un balcón engalanado con la bandera de España, los pétalos y su lluvia o en la voz de un orador a la recogida con el canto de un Fervorín histórico.

La Santísima Virgen así lo quiso. Cuatro gotas desearon no perderse el traslado histórico de Nuestra Señora del Buen Fin, titular mariana de la Hermandad de la Sagrada Lanzada de Jerez, que tuvo que recortar el itinerario y perdernos aquellas estampas en la Plaza del Banco o en Tornería.

Santa Marta, en el día de su onomástica, salió a las calles de Jerez con la alegría de la juventud de la cofradía del Miércoles Santo, que como viene siendo tradicional organiza esta procesión. La Santa Hospedadora caminó por las céntricas calles de Jerez arropada por un numeroso gentío que a pesar de ser un día laborable, el buen tiempo y la devoción a Santa Marta hizo abarrotar -una vez más- el casco histórico de la ciudad.

Un abarrotado Jerez acogió, con los corazones abiertos de par en par, a la Reina del Carmelo. Nadie se quiso perder a la primera imagen coronada de la ciudad el día de su festividad y es que la devoción a la Virgen del Carmen no solo se vive en los municipios costeros, Jerez nada tiene que envidiarles.