Las consecuencias en la salud del aumento de temperaturas en Aragón
La temperatura ha subido en Aragón un grado y una décima de media durante 2019. Han aumentado las consultas en urgencias y se ha registrado una sobremortalidad en verano. Las altas presiones influyen en los procesos respiratorios

El aumento de las temperaturas influye en la salud / GETTY IMAGES

Zaragoza
El invierno - que comenzó ayer, domingo - ha llegado con temperaturas altas. Era la previsión que ya hacía la semana pasada el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en Aragón, Rafael Requena.
Es el cierre de un año muy cálido y muy seco. De hecho, la temperatura ha subido en Aragón un grado y una décima de media durante 2019 y se ha convertido, por ejemplo, en el segundo más caluroso en Zaragoza desde 1961. Y esto está teniendo consecuencias en nuestra salud.
Se ha notado especialmente en el verano, cuando se llegaron a alcanzar, de forma mantenida, temperaturas de 44 grados en el mes de julio. Las urgencias de los hospitales han incrementado los casos derivados por las altas temperaturas, una tendencia que está aumentando año tras año, que también agrava enfermedades crónicas.
En total, hubo 159 atenciones y se notificaron 2 defunciones relacionadas directamente con el calor. El director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, recuerda que "en la última semana de junio y la primera de julio, que fueron días en los que se mantuvieron las temperaturas máximas y mínimas muy altas, por encima de lo esperado, y donde tuvimos sobremortalidades muy acusadas".
En este sentido, "si lo habitual puede ser que tengamos en una semana una mortalidad esperada sea 140 o 150 personas, fueron entre 190 y 200 en esta semana, es decir, casi un 50% más en estas semanas". Las altas temperaturas afectan especialmente a la infancia y a la tercera edad.
El Plan de Vigilancia por exceso de calor abarca desde el 1 de junio hasta el 15 de septiembre. Sin embargo, el calor se ha prolongado y las temperaturas medias se han mantenido, con registros de 30 grados, por ejemplo, en el mes de octubre, y altas presiones que frenan la dispersión de los contaminantes ambientales. Incide en el desarrollo de ciertas enfermedades respiratorias, "como asma o ciertos procesos cardiovasculares".
La gripe, a la espera
Por cierto, el inicio de la incidencia de gripe se ha ido retrasando en los últimos años. Está empezando ahora. No solo depende de las temperaturas, sino también de nuestros hábitos sociales.
"La gripe es más grave con temperaturas más bajas, pero hay otro factor que es el social" porque "cuando hace más frío estamos más presentes en entornos reducidos y cerrados, que contribuye de manera importante a la transmisión de la enfermedad", señala Falo.
En estos días las consultas se centran en procesos catarrales, aunque se pueden solapar con la gripe.

Esther Orera
Editora de informativos Fin de Semana en la Cadena SER Aragón. Licenciada en Periodismo en la Universidad...




