Vuelven a casa por Navidad

Córdoba

La Navidad en el resto de Europa dura menos que en España. Esto es lo primero que nos han aclarado nuestros invitados después de varios años residiendo fuera de nuestro país. “En Alemania todo acaba el 31 de diciembre” nos explica Jorge del Castillo, un joven ingeniero que desde hace dos años y medio trabaja para Airbus en Hamburgo. “Y, además, la Nochebuena no se celebra; los ingleses se juntan el 25 de diciembre, y ya está” ha añadido Lucia Mellado, estudiante de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en Birmingham, Inglaterra. Jorge y Lucía coinciden en que en España la familia se reúne más que en Inglaterra y Alemania. “El concepto de familia de los ingleses se limita a padres e hijos; ni abuelos ni primos” nos cuenta Lucía. A nuestros invitados, no obstante, les gusta el ambiente navideño de sus ciudades de adopción “donde hay una gran tradición de mercadillos y las calles se adornan mucho”, ha resaltado Jorge.

Una Navidad sin uvas ni lotería

La lotería de Navidad, con su cansino soniquete al son de los mil euros, es uno de esos ingredientes de estas fiestas en España que todo expatriado echa de menos en estas fechas. “Los alemanes son muy viajeros y conocen la lotería, aunque les cuesta entender lo importante que es en España” nos cuenta nuestro cordobés en Hamburgo. Tampoco encontrarás el típico anís español fuera de nuestras fronteras “donde sí que se está poniendo muy de moda el vino caliente” nos ha confirmado Lucía.

Desmontando tópicos

"No valoramos lo que tenemos en casa" coinciden en señalar este grupo de exalumnos del Colegio Británico de Córdoba. “Cuando llegué a Alemania descubrí que los trenes y los autobuses casi siempre llegan tarde” ha reconocido Jorge del Castillo tras dos años viviendo en Hamburgo. Un mito, el de la puntualidad, que solemos asociar también con los ingleses y que también se ha encargado de desmontar nuestra residente en Birmingham. Por su parte, Ana Ortiz, directora general del Colegio Británico ha vivido muchos años fuera de España, en Londres y en Nueva York, lo que le permite confirmar que “los servicios de transporte americanos tampoco son nada puntuales”. De transportes sabe mucho Enrique Santos, quien por su trabajo como anticuario pasa más tiempo volando que en tierra. “Estos días he guardado el pasaporte en el fondo de un cajón” confiesa.

La comida y el sol, lo más añorado cuando vives fuera de España

Un tópico que sí que se cumple entre quienes viven fuera de España es la añoranza por la comida y el sol españoles. Ana Ortiz reconoce que cuando vivió en Nueva York suspiraba por “un plato de cuchara servido en plato que no fuera de plástico”. Jorge del Castillo, en Alemania, hace lo propio con “un buen cocido”, mientras que Lucía, en Birmingham, sueña con unas “croquetas y un flamenquín” y Enrique Santo reconoce que sueña con “el salmorejo y la tortilla de su abuela”