Soledad

Palencia

Los datos demográficos de España son demoledores, los de la provincia de Palencia son aún mucho peores. Desde hace tres décadas esta provincia tiene un crecimiento vegetativo negativo. Así, en los últimos años, tenemos más del doble de fallecimientos que de nacimientos. Si a esto le sumamos una enorme emigración de jóvenes a otras provincias o países, nos da un presente desesperanzador y un futuro muy oscuro.

Evidentemente no estoy descubriendo la pólvora, creo que con solo dar una vuelta por toda la provincia es palmario el envejecimiento severo que existe. Esto da lugar a múltiples y diversos problemas, aunque, por lo general, únicamente nos fijamos en la falta de oportunidades de trabajo para nuestros jóvenes, el cierre de comercios o la falta de servicios esenciales en el ámbito rural.

Hoy me quiero referir a la SOLEDAD que sufren las personas mayores en nuestra provincia, ya que es, a mi entender, una de las consecuencias más graves de los datos demográficos y, por desgracia, de la que menos se habla. Aún no hemos llegado a las cifras del Reino Unido, dónde más del 75% de los ancianos viven solos y por lo que han creado un Ministerio de la Soledad, pero debemos de actuar ya.

Estoy seguro de que nos suenan noticias como la de una mujer que llevaba 15 años fallecida en su domicilio y nadie había dado la voz de alarma. Hay un sinfín de casos que, sin llegar a este extremo, saltan a la primera plana de los informativos con frecuencia. A pesar de ello y de que nos remueva la conciencia en ese momento, la verdad es que cada día se incrementa el número de personas que viven solas. Como sociedad, nos estamos endureciendo y tendemos a mirar para otro lado, sin darnos cuenta de que cualquier día nos podemos encontrar en esa situación.

Las administraciones públicas no están afrontando de ninguna manera este problema. Si buscamos en internet sólo encontraremos alguna ONG que se dedica a este tema. Las más destacables son la Cruz Roja y la Iglesia Católica que, a través de muchas de sus parroquias, llevan a cabo desinteresadamente una excelente labor de acompañamiento a mayores.

Las sociedades antiguas daban una especial relevancia a sus ancianos y, además de constituir, por ejemplo, el órgano legislativo principal de la República Romana, el Senatus, ocupaban dentro de la familia un lugar prioritario. En la España de hoy en día es fácil comprobar que son los niños los que ocupan el centro de la sociedad, relegando al ostracismo a nuestros mayores.

Muchas gracias por su atención y espero haber removido sus conciencias para lograr que nadie de nuestro entorno familiar sufra la SOLEDAD no deseada y más en estas fechas.