El tesoro peor guardado
Nuestra intimidad a la vista de todos
Algeciras
Segundo día en el calendario recién estrenado. La galería del móvil repleta de felicitaciones y fotografías que se repiten; una muestra más de la premura con la que vivimos y la generalización que hacemos a través de las redes. Lo mismo vale una felicitación para la madre que para el compañero de trabajo; ya no hay jerarquías emocionales que valgan.
NaN:NaN:NaN
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1577971890_397489/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Recuerdo la magia de las felicitaciones de antaño, de escribirle a los seres que realmente tenías la necesidad de hacerlo y a cada uno dedicarle un comentario personalizado. Era un trabajo cargado de cariño en el que había que emplear parte de tu tiempo, regalarlo. Recuerdo el paquete de las felicitaciones de UNICEF que abrías y buscabas la más adecuada para cada persona a la que decidiste enviarla. Ahora, con un solo botón, en cuestión de segundos, tienes el asunto resuelto. No me agradan ese tipo de felicitaciones y tampoco me gusta que me llenen la galería con la misma foto, el mismo villancico o la misma animación, sobre todo porque no quiero ser descortés en estas fechas señaladas y después, uno por uno, contesto a todas y se me acumulan o como son tantas se me olvidan.
Al minuto de haberse terminado las campanadas ya había fotos rulando por todos los lados sin tiempo siquiera a tragarse el puñado de uvas. Parece que hay una necesidad de abrir la puerta de nuestra intimidad, que vean lo felices o desgraciados que somos, a conseguir la mejor foto para colgarla en vez de disfrutar del momento, pareciendo preferible que lo disfruten otros antes que uno mismo.
Aunque mucho lo dudo, ojalá que para el nuevo año esta locura termine, que aprendamos a guardar nuestra intimidad y la de los nuestros como lo que es: un gran tesoro.
Con lo románticas que me parecían las cabinas de teléfonos. Románticas y prácticas ya que eran unas monedas las que marcaban el tiempo, no que ahora con tantos minutos gratis a veces uno se enrolla para al final no decir nada.