Otros políticos que también negaron los efectos de la contaminación
El negacionismo sobre la contaminación atmosférica y sus efectos sobre el clima y las personas ha dejado una estela de 'noes' que viene de atrás.
Repaso sonoro a la compleja doctrina del negacionismo
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Madrid
Han dicho que no desde tiempo atrás. Una estela de políticos que negó que existiera el cambio climático primero o que la contaminación fuera un problema después. El asunto, que ha ido ganando en defensores de lo evidente y adelgazando su nómina de desafiadores de la ciencia, ha encontrado un último capítulo de relevancia en la entrevista de Año Nuevo en Radio Madrid Cadena SER a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad. Pero tras la afirmación de Ayuso, que restaba importancia a las consecuencias de la contaminación sobre la salud de las personas, hay un discurso largo que ya antes escuchamos en la capital, la comunidad y el país.
El sí, el no y el quizá de Almeida
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El antes, el durante y el después de José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid, muestra la confusa evolución de los negacionistas, que ahora se enfrentan por primera vez a manifestaciones en las calles para frenar el cambio climático. La entrada en la agenda mediática y política de este asunto trajo a la capital la Cumbre del Clima, que hubo de pilotar al frente del Gobierno local Martínez Almeida.
Pero solo unos meses antes, el hoy alcalde hizo de la lucha contra Madrid Central unos de los arietes de su campaña. "Lo hemos dejado claro. Madrid Central es un experimento fracasado que no puede seguir condicionando la vida de esta ciudad", afirmó. También dijo entonces que una de sus prioridades si llegaba a ser alcalde era desmantelar la zona pensada para reducir la contaminación.
Llegaron las elecciones y el Partido Popular logró hacerse con el bastón de la alcaldía. Regresando a lo predicado en campaña, Almeida trató primero de limitar los efectos de la zona controlada e introducir una moratoria en las multas. Los tribunales tumbaron su iniciativa. Una vez y otra.
Meses más tarde, la COP25, Cumbre Mundial del Clima, llegó a Madrid y, en aquel ambiente, Almeida llegó a asegurar a la SER que "el suyo era el único Gobierno que ha aplicado íntegramente Madrid Central". Obviaba en su afirmación que fueron los jueces quienes le obligaron a hacerlo. Inmerso en aquel nuevo discurso, Almeida dijo a todos los medios que demostrarían "que está a la altura". Y añadió: "Estoy convencido de que ahora es tiempo de acción, tiempo para tomar la acción y, por tanto, para llegar a acuerdos que sean determinantes para luchar contra el cambio climático".
Como si quisiera matizar aquello, todavía le quedaba a Almeida un requiebro. El de su alusión en TeleMadrid a la catedral de Notre Dame como un símbolo europeo cuando unos niños se escandalizaron porque el alcalde prefería donar dinero a su reconstrucción que a repoblar el Amazonas. "¡¿Por qué?!", le preguntaron, y Almeida se justificó en los valores europeos.
Monasterio, Vox y la auténtica derecha
Aunque no era el primero que lo decía, la nueva derecha radical ha encontrado en Donald Trump una de las principales voces con poder a las que abrazarse. Vox, como otro de los exponentes de la renovada derecha extrema, también ha cargado contra los efectos, falsos, dice, del cambio climático. "Una excusa para decirnos qué tenemos que comer, cómo nos tenemos que mover", decía Santiago Abascal en su visita a El Hormiguero.
Lo que dentro del partido, en sus documentos, se califica de "estafa" o "camelo climático", es lo que la líder del partido en la Asamblea trató como una cuestión menor que los demás grupo políticos utilizan para despistar de lo verdaderamente importante. "Es la primera vez que esto pasa en España, que no vamos a poder garantizar a nuestros hijos oportunidades, ya no mejores, sino iguales a las que tuvimos nosotros. Y mientras ustedes aquí con el cambio climático, la comisión de bienestar animal y toda esta patulea"
Otro de los grande exponentes de la derecha negacionista que se atrevió a expresarlo en alto y en público, hay negacionistas más discretos, fue Rafael Hernando, exportavoz del PP en el Congreso de los Diputados. Hernando atribuyó en 2016 el crecimiento del nivel del mar por efecto del cambio climático a "postulados ecocomunistas que lo mismo profetizan eso que que el mundo se va a acabar el próximo 21 de diciembre". Y explicó que llevaba 26 años esperando a comprobar que la contaminación producía un cambio climático con efectos reales.
Cifuentes, Aguirre, el primo de Rajoy y Aznar
Madrid, uno de los grandes emisores de gases contaminantes del país, ha tenido iniciativas pioneras pero también negacionistas notables. Puesto que hay diferentes modos de negar, cabe recordar que el Gobierno de Cristina Cifuentes contó con una Comisión para el Cambio Climático a la que no dotó ni de equipo ni de presupuesto.
En todo caso, el discurso negacionista ya venía en su partido de atrás, si bien Cifuentes no se pronunció en este sentido. En 2007, Mariano Rajoy, entonces en la oposición, recurrió a la recordada historia de su primo, según la cual, no podía profetizarse qué ocurriría dentro de tantos años. Se lo había dicho su primo, que sabía del tema. En sus primeras declaraciones, Esperanza Aguirre, en aquel momento presidenta de la Comunidad de Madrid, dijo estar de acuerdo con sus palabras; en las segundas señaló que Rajoy estaba "de bromita"; también contó que el cambio climático era un tema muy serio y finalmente se volvió a pronunciar tiempo después para decir que compartía la visión de José María Aznar.
En la presentación del libro 'Planeta azul (no verde)' del expresidente checo Václav Klaus, Aznar cargó contra "los entusiastas de los consensos científicos" y los "inquisidores", porque, decía, no sabe si realmente la acción del hombre está provocando un cambio climático. "Lo que dice Aznar es que no es ningún negacionista, pero que, como no es científico, está a favor de que haya debate", sentenció entonces Aguirre sobre el cambio climático.