Momentos únicos en el rompeolas de Gijón

Gijón

No se conocían entre ellos ni sabían que compartían la misma fascinación fotográfica por la Punta del Liquerique. Fueron las Redes Sociales, donde ambos iban colgando fotografías de ese escenario, las que obraron la magia y lograron que Mónica Riveiro y Carlos Conde, ambos gijoneses y ambos fotógrafos, se conocieran y pusieran en común lo que para ellos era casi un ritual: hacer fotografías en blanco y negro de instantes y momentos cotidianos en el rompeolas de Gijón.

En el caso de Mónica Riveiro, la Punta era siempre el final de sus largos paseos cuando regresaba de visita a Gijón. Estuvo viviendo veinte años en Segovia y la playa de San Lorenzo era visita obligada; un recorrido que culminaba siempre en el Liquerique al atardecer. Por su parte, Carlos Conde era interrogado con curiosidad por sus amigos y conocidos por repetir siempre sus fotos desde hacía cuatro años en el mismo escenario.

El encuentro entre ambos artistas no solo puso en común aquel ritual fotográfico en blanco y negro (la ausencia del color, dicen los autores, permite que el instante sea el verdadero protagonista), sino que fue el comienzo de un proyecto que ahora se ve culminado en una exposición en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, onde se pueden ver las fotografías de ambos hasta el 31 de enero en el vestíbulo de la segunda planta.