Brexit, una realidad a partir del 31 de enero

Algeciras

A partir de hoy, 10 de enero de 2020, apenas quedan tres semanas de permanencia del Reino Unido en la Unión Europea. Su salida, el próximo 31 de enero constituirá uno de esos acontecimientos que marcará la historia durante varias generaciones y será un verdadero punto de inflexión en el proceso de integración europea.

Solo el tiempo y una perspectiva suficiente nos ayudaran a comprender con profundidad las consecuencias de esta salida en tiempos enormemente complejos, con una estructura de gobernanza internacional extraordinariamente frágil y cuando la comunidad internacional necesita renovar sus estructuras de funcionamiento creadas después de la segunda guerra mundial y hoy claramente obsoletas.

La tarea es hercúlea y les corresponde a todos y cada uno de los actores internacionales. Ahora bien, es cierto que cada uno de ellos tiene sus peculiaridades e intereses diferenciados en juego. No hay ninguna duda, que para España resolver adecuadamente el encaje de Gibraltar con la Unión Europea, y, en consecuencia, con España, debe ser una de las prioridades.

El Gobierno, que finalmente ya no está en funciones, ha anunciado que este enero comenzarán a trabajar diversos grupos utilizando los Protocolos firmados durante la negociación de salida como punto de partida. En principio, el enfoque es el correcto y el desafío enorme ya que el proceso general de negociación con el Reino Unido durante el año 2020 condicionará a su vez estas negociaciones.

Lo que sí parece claro es que desde la fecha del referéndum de salida, 23 de junio de 2016 ha habido un plazo suficientemente amplio para haber previsto e implementado un programa específico sobre los territorios y sectores más vulnerables ante el Brexit, fundamentalmente el Campo de Gibraltar y lo cierto es que a apenas tres semanas de la salida, lo único que tenemos es un programa de la Junta de Andalucía lleno de ampulosa retórica pero que es realmente es un refrito de medidas inconexas, muchas de ellas sin conexión real con las consecuencias del Brexit, otras absolutamente inoperativas y falta de realismo, además de otras cuantas sin previsión presupuestaria y, en consecuencia, inefectivas.

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Se ha dicho hasta la saciedad que el Campo de Gibraltar es un territorio singular marcado por su doble condición transfronteriza que necesita una atención específica de las administraciones públicas. El proceso del Brexit parecía la circunstancia más adecuada para que, de forma coordinada, se diseñara un programa específico, realista y concreto para abordar los desafíos pendientes.

Y una vez más, los campogibraltareños nos quedamos esperando.