Tres días sin barco y no comemos
La única excepción a las carencias de carne, frutas y verduras se registraba en el producto de las cooperativas agrícolas locales
"La línea roja" de Matías Vallés (24/01/20)
01:10
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Palma
No conviene dramatizar el invierno, pero Balears ha podido entender esta semana la frase que dice que “toda metrópolis contemporánea se encuentra a tres almuerzos del colapso”.
Es decir, que llega el caos si no se pueden garantizar tres comidas consecutivas.
Desabastecimiento es una palabra demasiado llena para describir el vaciado de los estantes de los comercios, un clásico de los países soviéticos que la borrasca ‘Gloria’ ha acercado a Balears.
La situación estaba controlada, y el mismo miércoles empezó a recuperarse el suministro de alimentos perecederos.
Y estaban ademas las latas, aunque la sola imagen de recurrir a una dieta de alimentos en conserva inspira algún escalofrío.
En resumen, tres días sin barco y no comemos, porque quién socorrería a unas islas perdidas y sobrepobladas.
La única excepción a las carencias de carne, frutas y verduras se registraba en el producto de las cooperativas agrícolas locales.
La solución a este miedo a quedarse a solas y sin comida se llama autonomía alimentaria, un concepto utópico en una región que renunció a la agricultura por empeños más rentables.
El modelo balear actual es insostenible además de incorregible, y ni siquiera está claro que dé de comer.