El Cádiz se salva en el descuento

Cádiz

El Cádiz no da síntomas de mejora. Los amarillos siguen sin carburar. Ya sea por un problema físico o de miedo a las alturas, la realidad es que este equipo no es ni la sombra de lo que fue a principios de temporada. La sensación de poderío ha desaparecido y el bajo nivel de muchos de sus jugadores preocupa ante este tramo final de liga.

El partido ante el Racing volvió a ser un monumento al desatino. El Racing se quedó con diez jugadores muy pronto. Corría el minuto 16 cuando Olaúrtua hizo una entrada al tobillo que lesionó a Nano Mesa. El VAR apareció y convirtió la amarilla en roja. Nano tuvo que retirarse al vestuario lesionado, parece un fuerte esguince. Su sitio fue para Lozano. El Cádiz hizo notar bien su superioridad en los siguientes minutos , pero fue disolviéndose con el paso del tiempo. El Racing se vio obligado a hacer otro cambio. Lombardo el mejor de su equipo y que estaba dando muchos problemas entre líneas a los amarillos tuvo que sentarse en el banquillo por lesión. Le sustituía Moi. De más a menos los de Cervera se fueron al descanso con muchas dudas y con dos cambios agotados por qué Cervera sentó a Garrido para meter a Salvi. Un cambio ofensivo ante un rival que con diez acabó la primera parte sin sufrir demasiado. 

El segundo periodo comenzó con una tónica similar al final de la primera. La pelota era del Cádiz, que la tenía y la movía sin velocidad ni profundidad. Centros laterales, balones aéreos muy cómodos para los centrales que despejaban con solvencia. En una de esas, el Racing tuvo la oportunidad de silenciar Carranza, una mala acción de Fali le dejo la pelota a Cejudo que quiso entregar la pelota a un David Rodriguez que estaba solo ante Cifuentes, pero apareció Cala para despejar el balón. Es el único acercamiento de los visitantes, junto con otra contra mal resulta por Cejudo. 

El Cádiz seguía insistiendo pero apenas se vio a Luca Zidane el portero visitante. Ya a la desesperada, un balón colgado lo aprovechaba Cala en la frontal para hacer el gol de la victoria. Era la última jugada del partido que llevaba la locura la grada y relajaba un ambiente que empezaba a estar tenso.

El Cádiz salvó el partido, pero la imagen da motivos para seguir preocupados. Solo dos tiros a puerta en 90 minutos, con un balón al palo, es un bagaje muy pobre para un equipo que aspira a ascender de forma directa ante el colista que además se quedó con 10 jugadores muy pronto.

La esperanza es que esta victoria agónica levante el ánimo y suponga un cambio de tendencia. El Zaragoza espera, la próxima semana en Carranza.