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El estilo Jaén, o la suerte del ambidiestro

Crónica política de la semana

Reyes, Díaz y Sánchez / VIVA Jaén

Reyes, Díaz y Sánchez

Úbeda

Con la presión que soporta, a diario, el Gobierno de Pedro Sánchez, la visita del inquilino de Moncloa al stand jiennense en Fitur’2020, el viernes, constituyó, en esencia, un relajado baño en aceite, entre amigos, ‘Jaén Selección’, de apelación pública a la defensa del motor gripado de nuestra economía provincial. 24 horas antes, Susana Díaz se paraba lo justito en el expositor de la Diputación que preside un pilar fundamental para que se consume, a finales del verano, su reelección. De la convulsión interna generada por la pérdida del poder en la Junta, en plena fase de conspiranoia en San Vicente, atrapado todo el aparato en el síndrome de abstinencia, bajo el prisma del susanismo oficial, nacieron tres sensibilidades o familias: los patanegra, leales a carta cabal a la lideresa; los moderados, a todas luces alineados con la jefa, aunque no completamente de fiar; y, por último, en el extremo opuesto, los bizcochables, volubles y maleables al sanchismo y a sus secuaces. A comienzos de semana, 3 miembros de la ejecutiva provincial del PSOE de Sevilla, que dirige la patanegra Verónica Pérez, presentaban una dimisión simbólicamente programada como antesala de la constitución, dos días más tarde, el jueves, en el Viso del Alcor, de una plataforma crítica: " Necesitamos un nuevo proyecto. No nos vale ya la autocomplacencia, el culpar ‘a los otros’ ". Todavía en Fitur, ese día, a la hora del almuerzo, buena parte de los mismos correligionarios que agasajaban a Susana en el stand del ‘Paraíso Interior’, solícitos, respondían a la llamada del presidente de la corporación provincial onubense, Ignacio Caraballo, cuñado y mentor del principal damnificado del susanismo, Mario Jiménez, destituido portavoz parlamentario. La agrupación del PSOE de Jaén siempre fue una delegación fuerte, influyente, que, sin embargo, en el nuevo tiempo, pinta poco en Sevilla. Bien es cierto que, en plena conmoción tras el desalojo de San Telmo, la comprovinciana Ángeles Férriz empezó asumiendo la portavocía de la ejecutiva regional, convirtiendo durante apenas 5 meses en recurrentes sus maitines de lunes en la capital hispalense, en forma de concurridas ruedas de prensa, donde parecía marcarse el rumbo a la estrategia de oposición de la fuerza más votada el 2 de diciembre de 2018. Efímero espejismo. Férriz fue apartada, de la noche a la mañana, so pretexto de que la voz del psoísmo andaluz tenía que ser más “activa y coral” y, en estas, apareció en su lugar otro patanegra, el ex consejero José Fiscal, secante de Caraballo y Mario en Huelva. El arrinconamiento de la ex número ‘2’ del PSOE de Jaén traía aparejado no sólo un escaño en segunda fila de la bancada del grupo en las Cinco Llagas, sino que fuese reemplazada como portavoz en la comisión de Presidencia, la que controla al todopoderoso Elías Bendodo, quedando relegada a una que carece de consejero al que interpelar, la de Asuntos Exteriores. La defenestración de Ángeles, al margen de una palmaria muestra de desconfianza por parte de los patanegra, que ya seguro la situaban a caballo entre los moderados y los bizcochables, dejaba a entrever, dada la aparente sintonía que conservaba Susana con Paco, que Férriz también había caído en desgracia en casa: una territorial que, sin previo aviso, acababa de abrir el melón sucesorio por las prisas de algunos cercanos en aupar a Juan Francisco Serrano -alcalde, diputado y líder de JJSS-, a la categoría de primer delfín en el delfinario de Hurtado. ¿Pero no era, acaso, Férriz el nombre que más había sonado para relevar a Reyes cuando éste decidiera ceder el testigo? ¿Sería entendible por la clá que el sustituto de un bedmarense cincuentón fuera otro bedmarense treintañero? ¿Quedaría la pléyade dirigente de los cuarentones de estreno, de Marmolejo a Cazorla, de Lopera a Torreperogil, de Espeluy a Alcalá, de La Carolina a Andújar, como una generación perdida? Paco Reyes, que no había permitido, finalmente, en la comisión de Presidencia, que un jiennense supliese a otra jiennense -Felipe López a Ángeles Férriz, en este caso-, siguió poniendo orden en el gallinero en la más reciente reunión de la ejecutiva provincial, llegando a asegurar que volvería a optar a un nuevo mandato, tanto al frente del partido como de la Diputación. El anuncio, calculadísimo, pretende sostener a todo precio la unidad ante un proceso congresual en el que Jaén debe de hacer valer su peso específico real, resultados electorales y afiliación, ante el resto. El ‘Todos a una’ de Paco Reyes, hoy por hoy, pasa, inequívocamente, por respaldar la posición inmejorable de Felipe Sicilia en el seno del sanchismo y, asimismo, por jugar sus mejores bazas en la renovación de la dirección regional. Ni susanistas ni sanchistas, sino todo lo contrario. No sé si me explico.

 
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