Gestos de un gobierno de progreso

Jerez de la Frontera

Hemos escuchado decenas de veces que la política está contenida de gestos. Que tan importante es que las cosas sean, como que lo parezcan. Y es verdad, la liturgia de la democraciatiene estas cosas. Para no llegar a un mes, el gobierno de progreso ha sido rico en gestos. Gestos que hacen que las cosas parezcan que son, lo que no sabemos aun es si serán. Algunas sí. Por ejemplo, que el PSOE vote en la Eurocámara en contra de que se sigan investigando los crímenes de ETA pendientes de resolver, en claro pago al apoyo de BILDU; que plantee de forma abierta una reforma del código penal con el único afán de sacar de la cárcel a los golpistas condenados, sólo para apuntalar su estancia en Moncloa: derecho penal a la carta; que se nombre fiscal general del Estado a la anterior Ministra de Justicia, haciendo saltar por los aires cualquier remedo de independencia judicial; despreciar a Guaidó mientras se le da vidilla a la vicepresidenta del narcogobierno chavista de Maduro, a la que la UE le ha prohibido violar el espacio Schengen, dando cinco versiones diferentes en una semana de lo ocurrido en Barajas; suspender un rescate para que el Presidente engorde su ego con un desplazamiento en helicóptero que bien podría haber hecho por otros medios. Estos son los gestos de un gobierno narcisista, eso sí, de progreso, y todo en menos de un mes. Madre mía los cuatro años que nos esperan.