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La catedral de Cuenca abre al público la capilla de San Julián del arcipreste Barba

La capilla está presidida por una pintura sobre tabla de 1567 con la imagen de San jullián vestido de Pontifical hallada el año pasado y que ha sido restaurada

Pintura sobre tabla de San Julián vestido de Pontifical fechada en 1567 / Obispado de Cuenca

Cuenca

La Catedral de Cuenca celebra el día del patrón de la ciudad, el 28 de enero, con la apertura de la capilla de San Julián del arcipreste Barba que preside una inédita pintura sobre tabla de 1567 con la imagen del santo vestido de Pontifical. La pintura fue descubierta el año pasado, y ha sido colocada, tras su restauración, en el retablo de esta capilla qe ha sido también restaurada y puede verse abierta con todo su esplendor original.

La Capilla fue construida y dedicada a San Julián por el Arcipreste de Cuenca y Canónigo de la Catedral, Antonio Barba, en el año 1569 y se encuentra junto a la Capilla Vieja de San Julián. Posee una espléndida portada renacentista del arquitecto Andrés de Vandelvira de 1568 y una reja de Hernando de Arenas fechada también en ese año.

En su interior el Arcipreste la dotó con un retablo renacentista también de ese mismo año pero que en 1795 se transformó, al gusto de la época, en un retablo barroco. Su parte central hasta ahora albergaba un lienzo de San Julián recibiendo la palma de manos de la Virgen, copia del siglo XVIII del de Andrés de Vargas de la Capilla de la Virgen del Sagrario.

Fue el año pasado cuando, al desclavar este lienzo que iba a ser restaurado, se halló bajo él la tabla del siglo XVI en la que se encontraba la imagen de San Julián vestido de Pontifical, tabla que pertenece al retablo original renacentista y que desde 1795 había quedado oculta por este lienzo.

Una vez descubierta la tabla original se observó que se había pintado sobre ella un marco blanco en el que se había claveteado el lienzo del siglo XVIII pero que la obra original se encontraba en toda su integridad, eso sí, con manchas de gotas de pintura, ligeras pérdidas, polvo y humos. Inmediatamente se decidió gracias a las aportaciones de los ‘Amigos de la Catedral’ su restauración, que ha sido llevada a lo largo de todo este año pasado.

Ha sido restaurada a lo largo de 2019 en el taller de Mari Luz Vaíllo y bajo la dirección de Luis Priego. La tabla  es una obra que, a falta de estudios documentales más precisos, se puede fechar en 1567. Se trata de una obra de gran formato de casi dos metros de largo por 1.60 cm de ancho

En la obra San Julián vestido de Pontifical puede apreciarse al segundo Obispo de Cuenca, en actitud sedente, enmarcado por una extraordinaria arquitectura renacentista, en la que se observa además el pequeño escudo del Arcipreste Barba incorporado a ella. Vestido con capa pluvial, mitra y báculo, San Julián bendice con su mano derecha en la que luce dos anillos, y con la izquierda, con otros dos anillos, sustenta el báculo del que pende en su nudo superior un ‘panniculus’ o sudario liviano de tejido transparente bordado, que cae hasta la mano que empuña el báculo y vuelve a caer nuevamente hasta su pierna. La mitra, ricamente adornada, muestra dos medallones con las figuras de dos Evangelistas, puede apreciarse  a San Lucas y a San Mateo. La capa pluvial, adornada a la manera del XVI, muestra en su hombro derecho la imagen de Santa Lucía, y a la izquierda la de Santa Catalina y San Antonio de Padua, y está decorada con un rico brocado. Pueden apreciarse también los típicos cestos de mimbre, como se acostumbra en la iconografía de este santo, a su derecha dos cestos ya acabados sobre un mueble renacentista y a su izquierda en el suelo, mimbres y un cesto en su proceso de fabricación.

 

 
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