¿Qué hace aquí este mar?
Porque con la gentrificación galopante, pronto no podrá haber ningún autóctono que viva junto al mar traicionero

"La línea roja" de Matías Vallés (29/01/20)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Palma
De repente, los privilegiados que habitan una vivienda en primera línea del litoral balear son unas víctimas, igual que los propietarios de yates.
El mar abyecto se ha encrespado y se ha vuelto contra ellos.
Entre los infinitos vídeos que ha suscitado la borrasca ‘Gloria’, admiramos el chaletazo de millones de euros situado en una punta de la costa, y barrido desde ambos lados por las olas.
No nos preguntamos qué hace aquí esta mansión, sino qué hace aquí este mar.
Qué se habrá creído el Mediterráneo.
Las mismas propiedades junto al mar pérfido que exigen ayudas públicas, se alquilan ahora mismo en airbnb por cantidades sustanciosas, o salen a la venta por precios tan altos que no caben en este corto comentario.
Y los fatalistas añadirían que, para que la costa balear se la queden los extranjeros, es preferible que la okupe con ‘k’ el mar asesino.
Porque con la gentrificación galopante, pronto no podrá haber ningún autóctono que viva junto al mar traicionero.
Y será por culpa de la oleada de precios.
Alguien alegará que los baleares siempre hemos vivido de espaldas al mar violento, pero no era por obligación.




