¡A la sala de autoridades!
José Rodríguez Carrión

Jerez de la Frontera
Cada día procuro escuchar los informativos de la Ser, y no para de alucinar con lo que este país es capaz de producir a nivel de noticias. Desde un diputado del parlament que dice que no respeta la sentencia de los tribunales que le inhabilitan, porque no le sale del moño, y no pasa nada, hasta ver como el presidente de dicho parlament le propone que vota para dar por saco, y demostrar quién la tiene más larga, pero no tener el cuenta el voto después no sea que la acaben teniéndola los tribunales de justicia.
Allí mismo recibían ayer como héroes a los delincuentes condenados en firme por atentar contra el estado de derecho. Ellos demuestran que eso de justicia igual para todos es más un deseo que una realidad. Ya disfrutan de permisos, reciben visitas cuando les da la gana, condicionan la formación de un gobierno a su antojo, y manejan el futuro de un país del que curiosamente se quieren ir. Vamos, el Lazarillo de Tormes a su lado era un aprendiz.
Pero todo eso se produce en el mismo país donde todo un ministro lleva una semana cachondeándose de los ciudadanos contando cada día una versión distinta sobre si fue a una reunión con una indeseable porque se lo pidió su colega de exteriores, o si era para evitar que pisara España o para ver como levitaba y se cambiaba de avión flotando en el espacio. Y todo ello tras un aperitivo en la sala de autoridades, que ahora resulta que no es suelo español. Joé, pues ahí podrían estar Puigdemont y compañía y serían felices por no estar en España, ¿no?. Ea, a la Sala de autoridades.




