Madrid une las dos tacitas de plata en el Carnaval de Cádiz

Cádiz

La murga uruguaya se convierte en comparsa como ejemplo de hermanamiento entre el Carnaval de Cádiz y el de Uruguay. La agrupación de Alejandro Balbís pisa las tablas del Gran Teatro Falla por primera vez convirtiéndose en la primera comparsa del otro lado del charco en participar en el COAC.

Si Cádiz es la "tacita de plata" española, Montevideo es la uruguaya. Sobran los vínculos entre ambas tierras y también las ganas e ilusión por hermanar ambas fiestas. Desde Uruguay ha llegado la actuación más exótica y que más curiosidad ha creado en este COAC 2020.

Con Juan Carlos Aragón como un referente desde aquel homenaje con 'Araka la Kana', que llegó a actuar en Montevideo en tiempos del Bicentenario gaditano, "lo más complicado ha sido convencernos, luego todo ha sido ilusión y mucho trabajo" confiesa Alejandro Grender, componente de la agrupación uruguaya.

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La décimocuarta sesión de preliminares del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del 2020 ha brindado a los aficionados de la fiesta vivir un momento único e histórico en el que el sonido de la murga uruguaya se ha fundido en una original melodía con el pellizo gaditano de la comparsa. "Agradecemos a todo Cádiz que nos llevase la murga a nuestro país porque somos unos enamorados" reconoce Grender embriagado por la emoción tras cantar en el Gran Teatro Falla.

Se reconocen fieles al Carnaval de Cádiz, "Juan Carlos Aragón fue tremendo para nosotros, lo sentimos como lo sentimos por el homenaje que nos hizo. Y, también, por supuesto Martínez Ares y Tino Tovar ¡qué os puedo decir!" explica Grender que reconoce además que "somos muy chirigoteros, nos gusta el Selu y yo tengo un huequito en mi corazoncito con la chirigota del Love que me fascina porque es una de las chirigotas más hermosas que he visto".

Cerca de 10.000 kilómetros separan a ambos carnavales, pero no han sido tantos los que han tenido que hacer estos murgueros para llegar a la plaza Fragela. Residentes en Madrid desde hace años, se unieron para ensayar en una sala de ensayos que tienen en la capital "es un trabajo tremendo, ensayamos desde las diez de la noche cuando salimos de trabajar, hasta la una de la mañana". Un esfuerzo doble por la conciliación que requiere pero que se ha visto recompensado por lo vivido el domingo 2 de febrero en las tablas del que, ya también, es su teatro "creo que emoción se queda poco, increíble poder estar acá. Para nosotros es una felicidad tremenda siendo una murga que la gente te reciba como te recibe, es increíble estoy súper emocionado" declara Grender.

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A la complicación propia de la fusión de estilos tan diferentes y la emoción por el respeto que confiesan tener al Carnaval de Cádiz, se les suma la diferencia de normativa del concurso de Montevideo y el gaditano. Los repertorios en la ciudad uruguaya tienen un máximo de 45 minutos. Un cronómetro marcha atrás les marca el tiempo. Comienzan por lo que llaman el 'Saludo', que podría ser equivalente a nuestra presentación, y terminan con la 'Retirada' que vendría a ser algo así como nuestra última cuarteta. Un final que además tienen que acabar marchándose por el patio de butacas del Teatro de Verano Ramón Collazo. Además, y no menos importante, las murgas uruguayas cantan con megafonía y no a voz como el gaditano.

Tan diferentes y, a la vez, tan unidos Cádiz y Uruguay nunca han estado tan cerca como en este año. El respetable justo antes de su actuación los animaba cantando letras de 'Araka la kana'. El público deseaba verlos tanto como ellos cantar al Falla. El momento único se vivió con gran expectación y una emoción merecedora de que 'La gaditana que volvió' sea para quedarse en más ediciones del concurso gaditano.