Hablando de gestos

Jerez de la Frontera

Es cierto que en política, los gestos son muy importantes. El problema de los gestos es su interpretación. Aquello del color del cristal con que se mira…

En este primer mes del nuevo gobierno progresista, podemos apreciar gran cantidad de gestos. Gestos que hacen creíble la acción del gobierno.

Negarse a que venga una comisión de europarlamentarios a poner en entredicho el trabajo de jueces, Policía y Guardia Civil en la investigación de los crímenes no resueltos de la desaparecida banda ETA.

Plantear la necesidad de reformar nuestro Código Penal, de acuerdo con las propuestas que nos han venido de diferentes instancias judiciales nacionales y europeas, para adaptarlo a nuestro tiempo y a nuestro entorno.

Nombrar, como es su derecho, para Fiscal General del Estado a una experta y brillante fiscal de carrera, de reconocido prestigio y dedicada muchos años a la lucha contra el terrorismo yihadista.

Recibir a Juan Guaidó a través de la ministra de asuntos exteriores y a la par evitar un grave problema diplomático europeo por la presencia indeseada de la vicepresidenta de Venezuela en el aeropuerto de Barajas.

Visitar todas las zonas afectadas por los daños de la borrasca “Gloria” y poner en marcha inmediatamente ayudas para los afectados.

Y además de los gestos, política:

Acordar con sindicatos y patronal la subida del salario mínimo a 950 euros.

Aprobar con los representantes de los funcionarios una subida salarial muy merecida.

Cumplir con el compromiso de subir las pensiones al IPC.

Y todo esto en sólo un mes de gobierno de izquierda.

¡Qué cuatro años de política, de gestión y de gestos progresistas nos esperan!