El aprendizaje positivo que deja el cáncer tras superarlo

Albacete

Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, la segunda causa de muerte a nivel mundial y el principal problema sociosanitario. El coste a la sociedad española asciende hasta los 19.300 millones de euros. Un coste que en un 45% asumen las familias y los pacientes.

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1 de cada 2 hombres y 1 de cada 3 mujeres serán diagnosticados a lo largo de su vida. Las posibles soluciones pasan por la prevención y la detección precoz, ya que entre el 30 y el 50% de los casos podrían ser evitados siguiendo estilos de vida saludables e implementando las medidas de salud pública.

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Recuerdan las preventivas de cáncer colorrectal, de mama y cervix, pero hay un porcentaje bajo de asistencia a estas pruebas de detección precoz. "Cualquiera de ellos cogido a tiempo supone menos pruebas diagnosticas y tratamientos agresivos". En Hoy por Hoy Albacete charlamos con tres personas que lo han superado y han retomado sus rutinas.

"He sufrido el cáncer como familiar, con mi padre, y es más duro que cuando me lo diagnosticaron a mi"

Amparo Alfaro lo primero que pensó al conocer la noticia teniendo dos hijos pequeños fue que su vida se había roto. Fue con la quimioterapia, "a pesar de estar destrozada física y psicológicamente", con la que empezó a tener esperanza. Diez años después de ese cáncer de pulmón está curada y siente que "no hay experiencias buenas o malas, solo de las que aprender y en mi caso ha sido extraordinaria porque me ha servido para reajustar mi vida y estar despierta".

A los dos años del diagnóstico fue jubilada, lo que le permitió despertar una nueva vocación en la escritura. Afirma -a día de hoy- tener una vida saludable a nivel físico y psicológico, cuidando las relaciones sociales y lo que lee, rodeándose de sensaciones curativas. Amparo se ha apoyado en los escritores, en la música y la cultura, algo que cree que se debería "recetar" por los médicos porque le ha generado sensaciones terapéuticas. Lo que se denomina "prescripción social". Tanto se refugió en la poesía que ha llegado a publicar el ensayo 'Vida y obra del poeta Tomás Preciado Ibáñez'.

"Recomiendo a todos que confien en la ciencia y en los médicos"

A Carmen Gómez se le detectó un linfoma folicular en 2001, por lo que fue tratada con quimioterapia durante un año. Ella misma es quien nos recuerda que las revisiones y la prevención son fundamentales. Carmen fue diagnosticada tras un análisis de sangre, "aunque llevaba siete años sin hacerme ninguno". A los ocho años del primer diagnóstico, en una revisión rutinaria se detectó una recaída. Y se hizo un trasplante de médula.

Han pasado 19 años desde el primer diagnóstico. De la negación pasó a la ira, hasta que aceptó "porque la peor derrota es el desaliento". Con la ayuda de la familia y los amigos se sale. "La enfermedad hay que llevarla entre todos, no es una lucha". Para Carmen, "la sociedad tiene cancerofobia patológica". La primera vez, cuando lo conté, "la gente me miraba con lástima", así que después de la recaída solo lo dijo a su entorno más cercano.

"La enfermedad te enseña y llega a ser positiva, vives el presente, te das cuenta de para quién eres importante y aprecias las cosas que de verdad importan"

En 2016 Paco Salvador conoce que tiene leucemia mieloide aguda "bastante agresiva porque no respondía a los tratamientos estándar". Participó en un ensayo clínico en Valencia y empezó a remitir. "Los tratamientos avanzan tanto que en cuestión de meses las perspectivas cambian y te dan nuevas oportunidades". Después tuvo un trasplante alogénico de su hermana pero a los dos años sufrió una recaída y un segundo trasplante, en este caso de su hija de 13 años. "Al principio no te lo crees, tratas de negarlo porque te sobrepasa, pero luego te das cuenta de que lo puedes llevar y se sale".

La responsable de prevención en la AECC en Albacete, Eva Valero, reconoce que la palabra "cáncer" se asocia a "muerte", pero los pacientes no quieren trasmitir pena, aunque tengan momentos de rabia o pena. "Hoy en día están actualizando constantemente los tratamientos y los ensayos clínicos muy especializados están empezando a ser primeras opciones".

"El mundo no se para con el cáncer, solo te paras tú el tiempo necesario para el tratamiento"

Todos encontraron un refugio y Paco lo encontró en el deporte para volver a retomar su rutina. Así empezó a entrenar a la Balompédica, algo que compartió con su hijo. Tras la enfermedad, con 42 años está jubilado y volcado con su familia, como "amo de casa orgulloso" ha reorientado sus prioridades. No descarta volver a trabajar en un futuro, aunque reconoce ser feliz así.

El de Carmen fue su trabajo y la lectura. También llevó "un diario de la enfermedad" con las sensaciones de cada día. Sin embargo, coinciden en que necesitan normalizar la situación y volver a su vida. Lo que la psicóloga de la Asociación denomina "readaptación".

Amparo entró en la Asociación por la necesidad de ser escuchada por alguien que conociese de cerca la enfermedad. Durante un tiempo hizo yoga, "los primeros pasos para iniciar el camino de la curación". Ahora, como forma de devolver la ayuda que le prestaron, es voluntaria. Los tres pacientes lo son. Carmen desde hace unos pocos meses, mientras que Paco lleva a cabo un voluntariado testimonial. "El hecho de ver a una persona que ha pasado por unas circunstancias similares y que está bien, es muy importante para los que están superando un cáncer". Es un sí se puede en los momentos en que la esperanza decae. "Para ellos es gratificante, pero para nosotros lo es más compartir unos minutos con ellos". En algunos casos son pacientes inmunodeprimidos que están aislados entre cuatro paredes durante estancias largas. "Lo más negativo", según Paco.

"Llámalo Cáncer"

Pese a lo impactante de las cifras de la estimación de los costes del cáncer, desde la Asociación se llama a recordar que detrás de este número hay personas: más de 275.000 a quienes cada año se les diagnostica algún tipo de tumor y 1,5 millones que se ven afectadas por la enfermedad, tanto pacientes como sus familiares. "Mostrar la gran cantidad de sensibilidades y maneras de enfrentarse al cáncer y conocer las experiencias de otros, así como romper tabús, ayuda a otras personas y normaliza esta realidad social que afecta a todos" aseguran desde la AECC.

Existen decenas de expresiones para referirse al cáncer y con ellas, se evita pronunciar una palabra de la que se tiende a rehuir, por las consecuencias y el impacto que supone la enfermedad. Así, "Llámalo Cáncer" nace con el objetivo de luchar contra el silencio y el miedo que provoca una palabra hasta ahora tabú, para conseguir que el conjunto de la sociedad normalice su relación con ella.