"La Policía Nacional en Aranda"
Jesús del Río repasa la historia local del cuerpo de seguridad ciudadano

undefinedJesús del Río
Aranda de Duero
Buen día. En los medios de comunicación es frecuente el escuchar noticias que tienen que ver con la actividad policial en nuestro propio entorno, y referidas a un amplio abanico de hechos delictivos denunciados, como: robos, drogas, violencia de género, etc.,(que, como en el resto de España, abundan en los informativos). En Aranda -toquemos madera- no estamos en porcentajes preocupantes, gracias a Dios, aunque -de cuando en cuando- salten titulares y declaraciones muy llamativas y dolorosas, que recorren las primeras planas, muy a nuestro pesar, como el llamado ‘Caso Arandina’; pero este asunto anda en los tribunales, así que… a esperar.
Hoy quiero poner el acento en un suceso del año pasado, con resultado positivo e ilusionante, que nos acerca a la callada y constante labor policial. Recordar que, en el mes de marzo de 2019, se divulgó ampliamente en los medios (les supongo enterados) del éxito de una operación de la Comisaría arandina, en la que -tras la detención de dos personas como presuntos traficantes de drogas (con ‘speed’, ’Operación Gasolina’)-, las investigaciones posteriores permitieron la localización de multitud de objetos -de diversa índole- provenientes de delitos contra la propiedad; habiéndose esclarecido -según datos de primeros de mayo pasado, en la después llamada‘Operación Abadía’-, 38 robos con fuerza realizados en nuestra Villa. Lo sustraído fue expuesto en las dependencias policiales arandinas, donde fue muy visitado por personas presuntamente afectadas, para recuperar sus pertenencias y aclarar otros posibles delitos; como así fue, de robos denunciados -principalmente- desde 2016 en adelante.
Pues bien: los profesionales que felizmente protagonizaron la resolución de estos sucesos (por lo que recibieron muchas felicitaciones), fueron agentes de la Comisaría Local de Aranda; a la que dedico este comentario, y volviendo la vista atrás. Hasta 1978; año en el que se abrieron sus dependencias, merced a la creación de nuevas instancias policiales -a iniciativa del entonces Ministro del Interior, Sr. Martín Villa- en localidades de más de 20.000 habitantes. Se ubicó en un antiguo edificio -por entonces del Patronato del Hospital, después permutado con otras propiedades municipales-, sito en la antigua travesía de la Ctra. N-1 (frente al Teatro Cine Aranda, hoy calle Postas) por donde era la entrada. Subiendo por unas desvencijadas escaleras de madera, la planta alta -a dcha. e izqda.- la compartían los Juzgados y la Comisaría. Y en unas precarias condiciones (era habitual que las goteras del tejado necesitaran de cubos, y los ratones abundaban corriendo por las noches…), allí se instalaron -hace casi 42 años- el jefe y media docena de inspectores (los de ‘la secreta’ de entonces, de paisano), mientras que los policías uniformados (anteriormente Policía Armada) se instalaron en unas construcciones frente al Albergue Nacional de Carreteras (el Albergue de Turismo, abierto de 1935 a 1973, y desde los años 80 Residencia de Asadema); dependencias que habían sido unos almacenes y aparcamientos, y donde se habían hecho unas obras mínimas. Se convirtieron en el cuartel de los uniformados, con sus mandos, pero dependiendo de la escala ejecutiva, el Jefe y los inspectores. Con escasos medios y vehículos; y sin calabozos, usándose los de la Inspección de la Policía Municipal en el sótano dela Casa Consistorial.
(Abro un paréntesis para decir que ese edificio frente al Cine, tras la marcha de los Juzgados al nuevo Palacio de Justicia del Bº Sta. Catalina, fue derribado, y allí se construyóun nuevo inmueble (el actual) donde -con entrada por la Pza. Mayor-, se ubicaron las secciones municipales de obras, aguas, medio ambiente, consumo, Oficina de Turismo y Ciavin, etc.). Pues en ese viejo edificio estuvo físicamente la Comisaría desde 1978, hasta la unificación de los inspectores y uniformados en 1990, convirtiéndose en el Cuerpo Nacional de Policía (o Policía Nacional); y ese mismo año, tras la ejecución de unas obras para conformar la nueva organización, procedieron a instalarse todos los agentes unificados en lo que sigue siendo -actualmente también- la Comisaría, al lado de la ermita de la Virgen de las Viñas; con un edificio principal, zonas ajardinadas y aparcamiento interior.
La Comisaría arandina a lo largo de los años, tuvo momentos mejores y peores; pero siempre actuando en defensa y protección de Aranda y los arandinos.y sus patrimonios; y en la persecución del delito. Incluso en tiempos de restricciones de combustible para los vehículos policiales -que los hubo-, limitándose el kilometraje de patrulla, salvo en sucesos graves.
El 5 de octubre de 2003, recuerdo que se celebró el 25 aniversario con actos diversos y la entrega de diplomas; uno de los cuales guardo -por lo que supone para mí- en lugar destacado; es parte de mi vida profesional y afectiva. De los agentes que estuvieron en las primeras plantillas, hubo bastantes que formaron sus familias en Aranda, e incluso se construyeron viviendas para ellos en el Bº de la Estación; muchos -ya jubilados y que siguen entre nosotros- se sienten arandinos ‘de los de toda la vida’. Por desgracia,y con el paso del tiempo, los funcionarios de la Policía Nacional -en su mayoría- están en nuestra Villa ‘de paso’ hacia otros destinos, y los concursos de traslados hacen estragos, renovándose las plantillas periódicamente; salvo algunos casos puntuales y muy escasos (que se quedan ‘por amor)’. El verano pasado se incorporaron agentes de primer destino, cubriéndose así el 85% de las plazas catalogadas; aunque, las bajas y las comisiones de servicio, disminuyen notablemente los efectivos que- para atender debidamente sus cometidos-, les obligan en determinados momentos a doblar turnos, realizando su trabajo de uniforme o de paisano, según sus cometidos, y con vehículos policiales oficiales o camuflados.
Las instalaciones de la Comisaría arandina se quedaron pequeñas; y hace 3/ 4 años -siendo el anterior Jefe local Domiciano Martinez- se ampliaron con la construcción de un bloque de servicios y vestuarios separados (muy necesarios desde la incorporación a los efectivos de mujeres-policías), al tiempo que se adecuaron los calabozos a las nuevas normativas, y otras obras menores.
En este momento -y desde hace un par de años- el mando lo ostenta José Joaquín Gomá, que cuenta con una dilatada e importante hoja de servicios como inspector-jefe. A él, y a toda la plantilla policial arandina, nuestro reconocimiento por su labor, y deseos de muchos éxitos. Que, por la cuenta que nos trae, también son los nuestros…




