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Fantasmas enamorados y la leyenda de un castillo que hoy es Parador de Turismo

Desde el origen del Día de los Enamorados o los misterios que rodean el castillo de Sigüenza, en Guadalajara

Parador de Turismo de Cuenca. / paradores.es

Parador de Turismo de Cuenca.

Cuenca

¿Cuál es el origen del Día de los Enamorados? ¿Es posible que se manifieste un fantasma en un antiguo castillo? ¿Y si en vez de un fantasma fueran dos? ¿Existen testimonios de dichos encuentros? Estas y otras preguntas encuentran respuesta en el siguiente relato, en una leyenda asociada al Parador de Sigüenza (Guadalajara) que hemos rescatado par el espacio Misterios Conquenses que coordinan Sheila Gutiérrez y Miguel Linares y que emitimos los martes en Hoy por Hoy Cuenca.

Fantasmas enamorados y la leyenda de un castillo que hoy es Parador de Turismo

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Ahora que se acerca el día de los enamorados, que mejor manera de celebrar dicho día con una estancia en un parador de los muchos que tenemos en Castilla-La Mancha. ¡Y si tiene fantasma mejor! Así que cojamos nuestro coche y viajemos a la provincia de Guadalajara, más concretamente a Sigüenza y a su parador.

El Día de los Enamorados

Antes de nada hagamos un poco de historia. Viajamos a Roma en el siglo III donde un sacerdote llamado Valentín se opuso a la orden del emperador Claudio II que decidió prohibir la celebración de matrimonios para los jóvenes, pues consideraba que los solteros sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras y vínculos sentimentales.

Valentín, opuesto al decreto del emperador, comenzó a celebrar en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. Al enterarse, Claudio II sentenció a muerte a San Valentín, el 14 de febrero del año 270, alegando desobediencia y rebeldía. Por este motivo, se conmemora todos los años el Día de San Valentín.

La comercialización del 14 de Febrero llego a mediados de la década de 1840 cuando una norteamericana tuvo la idea de vender unas tarjetas regalo para celebrar “el día de los enamorados”. Por unos pocos centavos podías demostrar tu amor. El resto, como se dice es historia.

El fantasma del Parador de Sigüenza

Hablar del Parador de Sigüenza es hacerlo también de la leyenda del fantasma de Doña Blanca de Borbón, esa historia que dice que entre las paredes de esta fortaleza del siglo XII se escucha por las noches sollozos de una mujer junto al ruido de unas cadenas que arrastran. Pero indaguemos antes un poco en su historia: A mediados del XIV una bella joven blanca, rubia y de buena presencia como la describen las crónicas de la época, la casan con el rey Pedro I el Cruel. La boda se celebra en Valladolid y tras la tercera noche de bodas el rey Pedro la repudia y abandona, fugándose con su amante María de Padilla.

Castillo de Sigüenza, hoy Parador de Turismo.

Castillo de Sigüenza, hoy Parador de Turismo. / paradores.es

Castillo de Sigüenza, hoy Parador de Turismo.

Castillo de Sigüenza, hoy Parador de Turismo. / paradores.es

El monarca, para tenerla controlada, la mandó enclaustrar en el Castillo de Sigüenza durante cuatro años. Después de ese tiempo, el rey ordena su traslado a Jerez y más tarde a Medina Sidonia, donde muere muy jovencita, parece ser que en extrañas circunstancias. Algunas leyendas hablan de que fue envenenada, otras de que habría muerto de un ballestazo en el corazón, es probable que fuera a manos de los ejecutores del Rey, que solían ultimar a sus víctimas de un mazazo en la cabeza. Cuentan que al haber pasado cuatro años en el castillo de Sigüenza, triste y malcasada, su fantasma habría regresado aquí tras su muerte.

De su estancia en el castillo queda una pequeña celda con una silla y un escritorio que fue restaurado. Situada en el salón de doña Blanca, en el ala derecha del Parador, la celda puede ser visitada durante el tour que organiza el alojamiento cada día a las 17:00 horas.

Pero veamos si existen testimonios de su fantasmal presencia. Abel Castilla, trabajador del parador durante más de diez años no, dice que “en este tiempo no he visto ningún fantasma, pero sí me han pasado algunas cosas extrañas, como dejar algo en un sitio y después que no esté. Te puedo asegurar que pasar una noche de tormenta aquí impone muchísimo. Al ser un edificio viejo, los crujidos de la madera, las luces y el tipo de decoración puede asustarte fácilmente". "¿Mi mayor susto durante estos años? Cuando una británica en camisón se me presentó sonámbula en la recepción. No era un fantasma, pero verla a través de las cámaras de infrarrojos bajando las escaleras fue muy fuerte", relata.

La leyenda cuenta que en innumerables ocasiones ha sido vista una especie de neblina que flota en el aire y que suele deambular por los salones, estancias y corredores. Muchos dicen que la presencia que han visto es la de una mujer y que creen que puede ser el espíritu de doña Blanca de Borbón, cuyo dolor está ligado aún a este mundo, muchos trabajadores del parador y algún que otro visitante ha confirmado haber visto una presencia extraña.

Sin embargo, muchos opinan que el posible fantasma que deambula por el lugar no sea el de Doña Blanca, ya que murió en Medina Sidonia y no en el castillo. Proponen que se trata del espíritu de don Bernardo de Agen. Nacido en Aquitania en 1080 y muerto en Huertahernando (Guadalajara) en 1152, fue un eclesiástico aquitano, de la Orden de Cluny, líder militar de la reconquista de Sigüenza y primer obispo de su diócesis. Su cuerpo se encuentra enterrado en este municipio.

Y existen varios testimonios como el que se encuentra en el folleto del parador. Comentan, que con motivo de una convención, se desprendió la pantalla del proyector. El monitor bromeo diciendo que podría ser ocasionado por el fantasma del Parador.

Curiosamente, al siguiente día los participantes fueron nuevamente sobrecogidos por un nuevo e insólito desprendimiento del mismo panel. A la vista del repetido acontecimiento, alguno de los doctos asistentes decidió que el tal Fantasma, sin duda, tenía que ser un hombre, puesto en estas cosas solo suceden ante la presencia de mujeres.

Entre las reseñas de los clientes del Parador de Turismo de Sigüenza recogidas en distintas páginas web de reservas hosteleras podemos leer: “Reservamos por teléfono una habitación doble en el Parador y al llegar no tenían nuestra reserva, nos ofrecieron por unos 10 euros más la habitación de la torre. Aceptamos. Cual fue nuestra sorpresa al ver la habitación, era totalmente medieval Y en la mesilla había un escrito sobre el fantasma que allí habitaba La hija de un rey que fue encerrada en la torre y vagaba durante siglos. Nuestra estancia era de fin de semana. Todo maravilloso, el castillo muy bien conservado, lo único el ruido de la habitación de arriba. Se escuchaba los pasos, la puerta, correr muebles. Al principio pensamos que era algún grupo de visita, pero al escuchar correr los muebles pensamos que eran los empleados del parador. Cuando fuimos a pagar la cuenta el domingo por la mañana. Y nos preguntaron qué tal la estancia desde el viernes comentamos que todo maravilloso, el pueblo, la comida en fin todo menos el ruido que se escuchaba en la habitación de arriba durante toda la noche. ¿Habitación de arriba? Si encima de la habitación de la Torre no hay nada. Nos quedamos de piedra”.

Sigamos hablando de otros testimonios, este un poco más extraño que incluso la testigo no descarta que fuera un mal sueño: “Ya en la habitación y después de dormirse mi marido, me quedé viendo un poco la tele. Echaban una pelicular de miedo, que ya había visto un par de veces, pero allí en el castillo, tomaban otro cariz las escenas. Apagué la luz, sentí algo de frío aunque era verano, pero me tapé con la sábana y la colcha, y noté como unas sombras negras se paseaban descaradamente sobre mí, pensé que esto era imposible, pues la habitación estaba completamente oscura y no entraba ni un ápice de luz. En fin, no le di demasiada importancia y pensé que eran los efectos secundarios de la película que acababa de ver. Al poco tiempo, noté un pellizco en la pierna y me dije ¿a qué se me ha dormida?, suponiendo por el frío que notaba cada vez más. El siguiente pellizco que noté fue en la nalga y pensé que mi marido me estaba gastando una broma. Encendí la luz de la mesilla de noche y vi a mi marido dormido. Pero al apagar la luz, al poco tiempo volví a sentir un pellizco un poco más fuerte que los anteriores y comencé a frotarme las piernas para ver si entraba en calor. De repente una gran bola blanca y trasparente se acercaba y retrocedía muy deprisa, inmediatamente me tape la cabeza con la ropa de cama y quedé ahí dentro como queriéndome proteger. Pero cuando noté esa bola blanca más grande y más cerca de mí salté de mi cama a la de mi marido. Y me dormí abrazada a él. Al despertar, no puedo asegurar que fuera real o un sueño, pero al estar el parador supuestamente encantado he querido dejarlo reflejado”.

Este halo de misterio que rodea al Parador ha hecho que el mismísimo Iker Jiménez, atraído por los sucesos paranormales, haya visitado varias veces el castillo. A nivel profesional y personal. En el parador rodó varios programas de Cuarto Milenio y celebró el bautizo de su hija Alma.

Pero aparte de estas historias, podemos pasear por su interior y acceder a una capilla románica del siglo XIII, descansar en el Salón Real con sus dos chimeneas y su inmensa biblioteca o pasear por el patio de armas junto al pozo, el cual dice la leyenda que se comunica con la catedral de Sigüenza.

 
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