El móvil

Jerez de la Frontera

El uso abusivo del móvil es un problema mayor de lo que parece.

Alguien notable dijo que los avances suman pero también restan. El problema es que sólo arreglamos cuentas cuando el proceso es ya irreversible.

Quizás por ello las comunidades de Madrid, Castilla La Mancha y Galicia han prohibido el móvil en tiempo escolar. Y muchos reputados sociólogos alertan de las nefastas repercusiones futuras del abuso de estos artilugios. Y Francia está creando centros oficiales de desintoxicación contra su uso enfermizo.

No pongo en duda la utilidad del móvil, aunque sea acomodaticia. Pero no puedo evitar pensar en quien lleva caramelos en una mano y en la otra un martillo.

Nos ofrecen información y nos inoculan manipulación. Lo cual es infinitamente útil para ganar elecciones.

Nos ofrecen relación y disimuladamente nos cambian los valores indiscutibles, como confundir lo notorio con lo notable. Así María Pombo es más seguida que Cervantes.

Y sin mencionar la adicción. Como dice uno, mientras el niño esté con el móvil no empreña.

Somos, en tiempos de cacareada libertad, animalitos con un chip ambulante que nos vigila, que nos dice cómo tenemos que pensar, dónde vamos y cuándo, qué necesitamos y qué tenemos que comprar.

Y más preocupante que todo ello, apunta a ser un pasaporte infalible hacia la idiotez.