La paciencia de Ángel Luna con Emilio Bascuñana

Alicante

Aunque solo fuera por civismo o por urbanidad, la reacción del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Orihuela tras recibir la advertencia del Síndic de Greuges, debería haber sido otra muy distinta.

Ya no es solo que le resten legitimidad a la actividad de la sindicatura, alta comisionada de les Corts, lo cual ya es bastante feo; es que extienden de forma interesada -y por otra parte falsa- la falta de colaboración a la mayoría de ayuntamientos o consellerias.

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No diré que Luna ha tenido más paciencia que el Santo Job con este consistorio, pero casi, tras cuatro requerimientos sin contestar.

A veces, lamentablemente, hay que recordar lo obvio: que los gobernantes se deben a sus ciudadanos y que estos, cada vez más, exigen transparencia -en este caso- a sus munícipes.

En este sentido, no conviene olvidar que Emilio Bascuñana, alcalde de Orihuela, también es vicepresidente de la Red Entidades Locales por la Transparencia y la Participación Ciudadana de la Federación Española de Municipios y Provincias. Un organismo entre cuyos objetivos se encuentra "facilitar el ejercicio de los derechos de acceso a la información (...) a la ciudadanía".

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Pues eso, aplíquense el cuento.