Ditecsa presenta un plan de mejora ambiental y de seguridad del vertedero de Nerva
Ecologistas en Acción pide al presidente de la Junta que exija una gestión de residuos en procedencia, bajo el principio de proximidad geográfica
Huelva
La indignación generada tras el desprendimiento de toneladas de residuos en el vertedero de Zaldíbar en el País Vasco ha puesto el foco en la situación del vertedero de residuos tóxicos y peligros de Nerva, que con 40 hectáreas de terreno, es el mayor de Andalucía y de España.
Vecinos y ecologistas de Nerva llevan años pidiendo el cierre del vertedero que tienen a solo tres kilómetros del centro del pueblo. Un vertedero que ha llegado a recibir residuos peligrosos incluso de italia y que en los últimos meses ha sufrido varios incendios.
El último incendio fue en agosto pasado y generó una intensa columna de humo visible desde Minas de Riotinto, localidad ubicada a cinco kilómetros de Nerva. Este incidente llevó a Ecologistas en Acción a solicitar de nuevo la clausura del vertedero que lleva operando 22 años en el municipio.
Juan Romero, de ecologistas en Acción, ha pedido al presidente de la Junta que exija una gestión de residuos en procedencia, bajo el principio de proximidad geográfica.
La empresa que explota la instalación, a raíz de ese incendio ha dejado de tratar residuos de fragmentadora, es decir, por ejemplo, del plástico de salpicaderos de coches.
Los vecinos han pedido en numerosas ocasiones en los últimos años el cierre del vertedero, aunque hoy la plataforma ciudadana carece de actividad. La instalación funciona con las autorizaciones ambientales en regla, que mantienen en vigor el proyecto base con las mismas capacidades aprobadas en su origen.
En 2017 la empresa recibió el visto bueno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía para recrecer el vertedero, pese a la oposición del Ayuntamiento de Nerva, que perdió el recurso contencioso. Actualmente, ha presentado un modelo de mejora de la instalación, desde el punto de vista de la seguridad y gestión ambiental. Se trata de un "cambio en el diseño estructural de los vasos de vertido que favorecen una mejor gestión de las aguas, una mejor integración en el entorno y una mejor disposición final para el momento de clausura y sellado de la instalación. En definitiva un modelo mejor de la instalación, desde el punto de vista de la seguridad y gestión ambiental", según fuentes de la compañía.
La capacidad autorizada en metros cúbicos de la planta es de 7. 446.419, de las que tiene actualmente ocupadas 5.000.222 y aún le queda una capacidad disponible de más de 2.416.747.
Con estas capacidades la vida útil de los vasos será de entre 12 y 20 años, dependiendo de la actividad industrial y del mercado, según las mismas fuentes.
Corresponde a la Junta la revisión y control de los proyectos que presente la empresa para garantizar la vigencia o no de la Autorización Ambiental Integral (AAI).
Lucía Vallellano
En un mundo tecnológico, enamorada de las humanidades. Me gusta el periodismo de buenas historias y...