El Levante encuentra por accidente a su central de jerarquía
Bruno González firmó una actuación estelar en su debut ante el Real Madrid y se perfila como titular para jugar en Ipurua
Valencia
Ningún levantinista daría credito si al principio de la temporada les hubieran asegurado que su club traspasaría a Erick Cabaco al Getafe por 7,85 millones de euros y que en el mismo lote llegaría Bruno González de forma gratuita para suplir la marcha del uruguayo. 'Plin caja' que diría el sabio de Hortaleza.
Cabaco nunca había sido un titular indiscutible para Paco López y solo las frecuentes lesiones de Sergio Postigo le brindaron más oportunidades de las que probablemente el técnico de Silla le hubiera concedido en LaLiga.
Sin embargo, se dieron un cúmulo de circunstancias para que el club granota cerrase una de las operaciones más rentables de su historia. Si el Espanyol no hubiera pagado la cláusula de Cabrera, el Getafe no hubiera invertido casi 8 millones de euros en Cabaco cuando su prioridad era fichar al paraguayo del Basilea, Omar Alderete.
Del mismo modo, el Levante tampoco hubiera firmado a Bruno si no hubiese tenido un fair play financiero tan ajustado que le obligase a orquestar una operación financiera en la que el Getafe y el Espanyol tenían que comprar a Cabaco y a Oier para que la Liga le autorizase la incorporación de Bruno y el regreso de Koke Vegas.
Lo que seguro que no entraba en ningún plan es que bajo el prisma de sus respectivos entrenadores, Cabaco todavía no haya debutado con Pepe Bordalás, mientras que Bruno González gozó de su primera titularidad ante el Real Madrid, dejando a Rubén Vezo castigado en el rincón de pensar por no cumplir con el peso y firmando un partidazo que le convierte en valor seguro para seguir jugando junto a Postigo en el eje de la defensa.
Los caminos del señor y del fútbol son inescrutables y después de varios años dando vueltas en la búsqueda de un central de jerarquía, ha aterrizado por accidente y por el deseo de los técnicos un futbolista descomunal, que hizo una fantástica interpretación del juego defensivo del Levante, reduciendo los espacios para que Benzema y Hazard no encontraran líneas de tiro y ordenando al resto de compañeros de fatiga en una lucha denodada para proteger la portería de Aitor.
A esta historia le falta un final feliz y que es muy poco probable que se pueda cumplir. La continuidad de Bruno en el Levante no depende ni del cariño que le profese Paco López, ni del buen rollo que desprenda el vestuario, ni de las múltiples comodidades que le puede llegar a proporcionar Quico Catalán.
Bruno tiene claro desde hace muchos meses que no quería renovar en el Getafe y que con una actuación estelar en el escaparate de Orriols ante el Real Madrid se le terminarían de abrir las puertas para firmar con 30 años el gran contrato que persigue desde que comenzó su carrera futbolística y que por desgracia el Levante no le podrá ofrecer. Por intentarlo que no quede.
José Manuel Alemán
Redactor de Deportes en Radio Valencia