Las mujeres con discapacidad tienen más probabilidades de sufrir violencia de género

Ávila

Que las mujeres con discapacidad tienen un mayor riesgo de sufrir violencia de género es una realidad que apenas se conoce. Tal vez porque hasta el año 2015 no se hizo una encuesta relacionando violencia de género y discapacidad. Y los resultados fueron demoledores.

Según Mayte Gallego, responsable del Área de Mujer de PREDIF, asegura que "el 31% de las mujeress con discapacidad sufre violencia de género frente al 14'4% de las mujeres que no tienen discapacidad".

Ese es uno de los ángulos del problema. Pero hay más. Hay discapacidades adquiridas que tienen su origen en la violencia de género. "Y esas mujeres no salen en ninguna estadística", lamenta Mayte Gallego, que reivindica que se recojan esos datos para visibilizar el problema. "Conocemos mujeres que han quedado sordas por los golpes en los oídos, que ha quedado tetrapléjica porque el marido le ha dado un disparo", explica.

La Plataforma Estatal de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, PREDIF, ha celebrado en Ávila una jornada para analizar la situación de multidiscriminación que sufren las mujeres con discapacidad, y cómo la figura del asistente personal puede ayudar a su inclusión laboral y, por tanto, a su empoderamiento.

Francisco Sardón presidente de PREDIF cree que hay que aplicar medidas de discriminación positiva hacia las mujeres, que son más vulnerables, y que necesitan apoyos para salir de situaciones difíciles. En esos apoyos se enmarca la figura del asistente personal.

"La figura del asistente personal, bajo nuestro punto de vista, ocupa un papel nuclear y fundamental para que las mujeres tengan la mayor independencia posible. Muchas de las situaciones de violencia de género que sufren las mujeres con discapacidad vienen derivadas de un exceso de dependencia de sus entornos familiares", explica.

El asistente personal es una persona que puede ayudar a hacer las tareas diarias, que puede acompañar a los lugares de trabajo o de estudio y se ocupa de aquellas cosas que la persona con discapacidad no puede hacer pos sí mismo.

Y es que si ya es difícil para una persona con discapacidad acceder al mercado laboral, en el caso de las mujeres la situación es mucho peor. Eso hace que sean vulnerables, que dependan más de su entorno, y que en muchos casos se conviertan en víctimas de violencia de género.