Verónica Forqué, en A vivir Madrid: "La revolución feminista no tiene marcha atrás"

Madrid

La actriz y directora Verónica Forqué (Madrid, 1955) nos ha visitado en A vivir Madrid donde hemos recorrido junto a ella su Madrid emocional... Y mucho más. "Macarena, no te imaginas la ilusión que me hace conocerte en persona". Así, sacando los colores a nuestra presentadora, comenzaba la entrevista a la ganadora de cuatro premios Goya.

Forqué está protagonizando la obra Las cosas que sé que son verdad. Una obra que ha sido premiada con los Max a la Mejor Obra Teatral y a la Mejor Dirección. En el escenario, una madre y un padre entablan una conversación en el jardín de la casa familiar con sus dos hijos y dos hijas. Sobre el pasado, los sueños y el futuro y donde el cambio de estación se presenta como una metáfora de las etapas de la vida. Ayer, Forqué se subía al escenario del Teatro Buero Vallejo para interpretarla.

Pero es que además, ayer llegaba al Teatro Español la obra que está dirigiendo. Cuenta la historia silenciada de las mujeres y los colectivos feministas durante la Transición, que tuvieron muchas dificultades y una importancia capital en el avance de los derechos y que no han sido suficientemente reconocidas. El feminismo nos ha traído la necesidad de recuperar la historia. "La revuelta feminista ya no tiene marcha atrás... Nosotras somos las lideresas pero tenemos que contar con ellos".

Después de haberse pasado toda la vida poniendo buena cara y siendo la niña y la joven alegre que esperaban que fuese, además de haber cuidado de su familia, se encuentra, dice en un momento vital quizá "algo egoísta", en el que mira por sí misma y lo que le apetece. "Me gustan los chicos jóvenes. Igual que a los señores mayores les atraen las jovencitas, a mí los jovencitos". Aunque no se ve llevando a cabo sus deseos.

Recuerda con mucho cariño (y con un acento muy conseguido) la importancia que ha tenido Argentina para sus antepasados. Su abuelo llegó a ser un músico muy conocido en el país sudamericano y en su día volvió a Madrid para vender el proyecto de las novelas radiofónicas al entonces director de Radio Madrid. Que además era el padre de José María Aznar. Lo consiguió y fue un gran éxito.

Su lugar favorito de Madrid es la Gran Vía. "Recuerdo que mi papá nos llevaba con el coche, aparcaba y entrábamos él, mi madre, mi hermano y yo al cine, a ver películas como Mary Poppins". Así hemos terminado el paseo con una grande del cine y el teatro, que ha compartido con nosotros su magia, su sentido del humor y su naturalidad.