Aira: confianza (i)limitada

León

El inesperado batacazo del sábado en el Reino de León no traerá consecuencias en cuanto al futuro de José Manuel Aira se refiere. Ni el más pesimista contaba con dejarse puntos ante el Izarra y ni mucho menos asistir a una racha inimaginable a principio de año, pero no habrá damnificados. La Cultural ha pasado de optar al liderato a verse relegado al cuarto puesto mirando de reojo al inmediato perseguidor. La tabla, en cambio, le colocó al término de la jornada un punto más cerca del segundo puesto y otro más lejos de la Real Sociedad B.

A pesar del incesante clamor externo, la dirección del club ha optado por la mesura a la hora de plantear decisiones drásticas. Los rectores no han valorado un cambio de entrenador y Aira sigue teniendo crédito, al menos una semana más, pero, salvo descalabro en Leioa, su mandato carece de fecha de caducidad. Aún se confía en que sea capaz de levantar a esta Cultural ahora descompuesta (una victoria en sierte partidos) y no hace tanto tiempo lustrosa. El precedente de la destitución de Víctor Cea el curso pasado sirve para templar los nervios y, además, destituir a Aira sería autorretratarse, después de que a la conclusión del pasado ejercicio los mismos dirigentes despidieran, primero, y luego devolvieran a su puesto al entrenador.

Todo ello, unido al generalizado apoyo de la plantilla y su tan comentada unión y al puesto en la clasificación, permitirá una semana normal de trabajo en el cuadro blanco a la espera del necesario triunfo que ayude a ver la luz al final del túnel. Volverán a intentarlo en el feudo vizcaíno, desconocido para la Cultural, regular en sus últimos resultados y cambiante en sus alineaciones, de las que se cayó hasta el máximo goleador, Dioni, que hasta entonces solo se había perdido un partido. El descanso es la terapia aplicada por el técnico para recuperar la mejor versión del malagueño y de otros buques insignia del equipo como Andy Kawaya. El sábado se anuncian más cambios, una constante en la actualidad del equipo que permite que jugadores como Alfonso, Moreno o Virgil pasen de la titularidad a la grada. O que Gudiño, uno de los preferidos por el hincha, solo haya sido una vez titular en liga en el presente año.

Trata, sin conseguirlo, de dar con la tecla adecuada el berciano, a cuyas espaldas pesa otra segunda vuelta de números rojos. Le ocurrió en sus últimas experiencias en la Segunda División B. En la liga 15/16 fue destituido en la penúltima jornada después de que su Real Murcia, destacado en la primera fase del torneo regular, estuviera cinco partidos en casa sin ganar logrando una sola victoria en siete partidos. Al año siguiente, el del ascenso con el Albacete, observó como el anticipado alirón se vio amenazado en el tramo final por cinco derrotas en seis partidos. Y aún está fresco en la retina del culturalista lo acaecido el curso pasado cuando ,aupado al liderato a falta de nueve jornadas, terminó deshauciado y sin play-off de ascenso.