'Rubén'
El niño tiene tres años. Se llama Rubén y tiene cáncer. Me pide que le dedique unas letras a este niño al que ella ama con todas sus fuerzas
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Louisiana
La lluvia persistente inunda el jardín deshojando el camelio de la esquina. El suelo húmedo se llena de pétalos de color carmín. Apenas escucho el aviso de un wassap. Son varios archivos de fotografías. Abro la primera y veo a un niño regordete con un gorrito. Se le ve feliz. Abro la siguiente y es un video. Se ve al mismo niño pilotando un coche de los que van a batería con una gorra de Ferrari, se ríe.
En el jardín se arma un revuelo. Me asomo a la ventana y observo que un par de ardillas corretean sobre los cables de la luz y los perros ladran. El último archivo es un video más corto. Pero más intenso. El mismo niño aparece en una cama y lleva la cabeza descubierta. Está rapado al cero y de sus brazos salen tubos que se enredan con cables y que se dirigen a una máquina. Una niña que también arrastra tubos y cables se sienta a su lado y le abraza. De fondo escucho algo que no corresponde al sonido de las máquinas. No necesito esforzarme más porque la pantalla del móvil me da la respuesta. Una chica joven llora al lado de la cama. Su rostro al mirar a la cámara me recuerda el de la actriz de cine mudo Gloria Swanson en Sunset Bolulevard. Igual que entonces, ahora tampoco hace falta que esta joven hable. En la desesperación de su mirada se encuentra toda la tragedia del mundo. Es su esfuerzo animal por sonreír, para que su niño no se dé cuenta de su sufrimiento, lo que me llega al alma.
Miro al jardín, suplicante, en un intento de encontrar el consuelo del dolor en la belleza de la naturaleza. Pero no funciona. Las hojas del camelio siguen inundando de rojo la hierba. Los pájaros sobrevuelan los charcos reflejando sus alas multicolores en el agua. Mi amiga me explica que el niño tiene tres años. Se llama Rubén y tiene cáncer. Me pide que le dedique unas letras a este niño al que ella ama con todas sus fuerzas.
Fuera, sigue lloviendo sobre el jardín y sobre el camelio. Sobre las ardillas y sobre los perros. Y a mi... a mi me llueve Rubén por dentro.