El sector de la restauración se opone a la moratoria de cruceros de 2022
Precisamente hoy Cadena SER ha salido a la calle y ha preguntado a algunos comercios del centro que notan la influencia de este tipo de turismo marítimo
Palma
El sector de la restauración se opone a la moratoria de cruceros de 2022. Precisamente hoy Cadena SER ha salido a la calle y ha preguntado a algunos comercios del centro que notan la influencia de este tipo de turismo marítimo.
La polémica ha versado sobre los perjudiciales efectos ambientales y el beneficio económico que los pasajeros pueden sumar al comercio local, las dos caras de la moneda. Greenpeace denunció hace 4 años que el Ayuntamiento de Palma pagaba el suministro de agua y la gestión de residuos de estos barcos. Además, la amplia oferta comercial de las embarcaciones hacen que el turista haga poco uso de la oferta de Palma (90 euros por crucerista). Al menos, no se produce el gasto suficiente si se contabiliza la inversión de más de 1000 millones de euros que se gastaron en remodelar el puerto y el enorme impacto visual de esta suerte de edificios flotantes, según apunta Greenpeace.
Marc Parets es un joven que se dedica al sector hotelero y se muestra en contra de los cruceros y sus efectos, ya que perjudican los recursos naturales de la isla. Teresa Sureda es dependienta en una tienda ecológica del centro y aboga por buscar nuevas soluciones como un combustible menos contaminante o el uso de productos de aseo ecológicos. Sin embargo, no piensan de la misma forma algunos restauradores, entre ellos Rafi Beja, que opina que la isla vive del turismo y no es beneficioso regular el sector que tanto dinero trae a los restaurantes. Miki Montesrrat es camarero y considera que la solución pasa por limitar el desembarque a dos veces por semana y repartir la carga entre Alcúdia y Palma. También en Ibiza la construcción del muelle Botafoc para que amarrasen los cruceros perjudicó a la poseidonia y su ecosistema según el informe de Greenpeace.