Cobra fuerza el aplazamiento electoral

Bilbao

Vayan haciendose una idea a que igual no votamos el 5 de abril. Ayer se precipitaron los acontecimientos. Para Urkullu lo que el miércoles era una cuestion de salud publica, ayer ya era de los partidos, a los que ha citado el lunes para consensuar una decisión sobre los comicios. Un dia antes de la reunión de la Junta electoral, que le había reclamado un mandato claro para actuar.

Paralelamente, todos los partidos, menos el PNV, anunciaban la suspensión de la precampaña (el PSE solo hasta el lunes). Por responsabilidad, por electoralismo, por oportunidad...Solo queda encontrar la fórmula. A Podemos y al PP les conviene separar en el tiempo sus crisis interna; el Gobierno tiene presupuestos aprobados así que no le plantea ningún problema; pero, sobre todo, nadie sabe cómo puede evolucionar esta crisis y cómo nos afectará a los ciudadanos. Y los votos se convierten en puñales en momentos de indignación y miedo.

El coronavirus está colocandonos en escenarios inéditos y este es uno mas. Es el colmo de las paradojas: posponer unas elecciones que habiamos adelantado.