Descubriendo héroes

Córdoba

Son días extraños, de sentimientos encontrados. Tenemos miedo y preocupación, pero también solidaridad y orgullo; estamos enfadados con nuestros políticos pero también dispuestos a seguir sus instrucciones, todos a una, como única forma de salir de esta. Es una montaña rusa de emociones, pero creo que una es la que prevalece, y es la de la preocupación por nuestros mayores. Todos nos hemos encerrado en casa, y de manera muy especial los niños, y no por miedo a contagiarnos nosotros, que nos vemos fuertes, sino para proteger a nuestros mayores. Y nos preocupa y nos entristece la situación de los que están encerrados en las residencias de mayores, sin poder recibir la visita de sus familiares. Visitas que muchas veces son el eje de sus vidas. Pero yo quiero contar mi experiencia durante los tres años que mi madre ha estado en una residencia de mayores en Córdoba, en concreto la de Orpea Sierra. Podemos estar tranquilos, porque nuestros mayores no pueden estar en mejores manos; allí he conocido a todo un equipo humano con una capacidad de sacrificio y afecto que muchas veces no tenemos los propios familiares. Todos los trabajadores, desde la directora y los médicos hasta las limpiadoras tratan a los residentes con un cariño y una delicadeza que conmueve. Mi madre sentía que la residencia era su casa; no olvidaré nunca una noche que volvimos de pasar casi todo el día en urgencias, cómo al entrar en la residencia se volcaron sobre mi madre dos auxiliares a darle abrazos y decirle que ya estaba en casita y ellas se iban a encargar de ponerla cómoda. Ellas y ellos son otros de los muchos héroes sin capa que siempre han estado ahí y estamos descubriendo ahora. Con todo mi cariño hacia estos profesionales, gracias por todo lo que siempre hacéis y ahora tanto valoramos.