'Esperanza en un mundo maravilloso'
En esta reclusión obligada y responsable que nos toca vivir en unos momentos de tan incertidumbre, dejen que entone un canto a la esperanza
La Firma de Shus Terán: "Esperanza en un mundo maravilloso
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Tarifa
En esta reclusión obligada y responsable que nos toca vivir en unos momentos de tan incertidumbre, dejen que entone un canto a la esperanza.
Pero no a la esperanza de conseguir una vacuna, un remedio para dar solución al COVID-19 y esta pandemia que atravesamos. Mi esperanza, la que anhelo, es que esta podrida sociedad se cure de lo que es, en lo que se ha convertido.
Esperanza, en que seamos capaces de ver las necesidades de los demás por encima de nuestras propias necesidades. Que entendamos que no solo existimos nosotros, sino que existen muchos más, y más necesitados.
Esperanza porque el ser humano, sea capaz algún día de entender en toda su extensión esa bella palabra que es empatía. Que seamos capaces de ponernos en el lugar del otro. De, en el sentido metafórico, ceder nuestro asiento a quién más cansado esté.
Esperanza en ser mejores personas, y en ser capaces de convertirnos en cirineos que alivien la carga de las pesadas cruces que portan algunos.
En estos momentos permítanme tener un recuerdo, no solo para todas y cada una de las personas que con su trabajo y sus exposiciones a un contagio, siguen en sus puestos para intentar vencer las adversidades en las que nos ha sumido, no solo el Coronavirus, sino la forma y sistema social en el que nos desenvolvemos y a pesar de sus flaquezas, pesábamos que era infalible.
Un recuerdo especial para todas esas personas sin techo que están al raso del peligro y la amenaza, buscando un refugio en cualquier cajero.
Un recuerdo para nuestras familias que son alimento para nuestras almas y pañuelo para nuestras lágrimas.
Un recuerdo a todos esos enfermos que están ingresados en hospitales o solos en sus casas sin que desde hace unos días llame nadie a sus puertas.
Un recuerdo y aliento a quienes en estos días han pedido a un familiar, un ser querido y no han podido compartir su duelo, ni recibir un abrazó o un beso.
Tengo la esperanza de que cuando todo esto pase, y nos encontremos en la acera, en la calle, en el pasillo, seamos capaces de darle la verdadera dimensión a un apretón de manos, a un abrazo, a un beso.
Recibid paisanos, un abrazo muy fuerte y mis deseos para que tras esta tormenta, veamos brillar un nuevo sol. Más radiante, más humano. Y que esa humanización se traduzca en ser mejores personas. Porque estoy convencido que a pesar de todo.... vivimos un mundo maravilloso. Suerte y salud!