Décimo día de estado de alarma. Hasta en plena pandemia hay razones para el optimismo.

Bilbao

Los aplausos de los 8, esa comunión que ha surgido entre vecinos de bloques, el teléfono que hemos vuelto a coger para hablar con la familia o los amigos de la juventud, las charlas reposadas en casa, los sanitarios (los nuevos heroes hasta para los txikis porque se pelean con los bichitos...)El estoicismo con el que cumplimos el confinamiento, el buen humor, la creatividad en redes, el tono de la critica politica, eso en Euskadi, los ertzainas aplaudiendo a la guardia civil, la avalancha de voluntarios para ayudar estos días, jubilados, liberados sindicales que vuelven a trabajar, empresas fabricando mascarillas en 3D, agricultores ofreciendo sus tractores para desinfectar, empresarios cediendo sus hoteles a sanitarios...y, hablando de salud, la menor gravedad de los nuevos casos y los curados, ayer 283.

Hay que ser optmista. Como decía Churchill, en estas circunstancias No parece muy util ser otra cosa.