Tres hermanas asturianas le cantan al coronavirus
Vega, Paloma y Lola versionan el 'Resistiré' del Dúo Dinámico con recuerdos a los besos, abrazos, abuelos y el colegio
Gijón
Undécimo día de confinamiento. Son las ocho de la mañana y en cualquier casa donde hay un niño a esas horas arranca el carrusel de uniformes, mochilas, desayunos... Sin embargo, hace once días que la vida ya no es igual. Ni para los adultos, ni tampoco para los más pequeños. Eso sí, con un gran matiz. Los segundos no entienden porque de la noche a la mañana un 'bichito' les ha robado su libertad. Pese a ello hay que resistir y algunas lo aplican al pie de la letra.
Vega, Paloma y Lola son tres hermanas ovetenses. Ocho, siete y cinco años. De hecho, el terremoto de la casa hoy está de celebración y, aunque no sea como ella hubiera deseado, cumple uno más. La fiesta con globos y amigos tendrá que esperar un poquito. Vega es la mayor. Responsable y protectora. Paloma, la mediana. Pura ternura con solo mirarte. Y Lola, "el bombón de la casa", dicen sus padres. Carácter es la palabra que mejor la define. Las tres tienen en común dos cosas: saben adaptarse a las normas y son amor, tan solo hay que ganárselas. El día a día en casa de los Martín-Ibañez ha cambiado, como el de todo mundo. Sin embargo, al mal tiempo buena cara.
A las ocho y media comienza el día. Una hora para ducharse y vestirse. A las nueve y media toca ir a clase. Una casa reconvertida en colegio durante dos horas. Luego tienen una hora para recoger la habitación. "Aprovechamos esa parte de la mañana para hacer cosas", dice Henar. Ella, la madre, tiene que ir a trabajar mientras el padre, Juan Pablo teletrabaja y a la vez ejerce de 'profesor'. Después de comer toca sesión de cine y luego juegos en familia o algo de baile; véase zumba. Lo que nunca cambia es la cita de las ocho: al balcón a aplaudir a los guerreros que luchan contra la pandemia. El fin de semana la rutina cambia un poco. Se han reinventado. El vermut ya no es el centro de la capital. Es en el balcón de casa. Y la misa y el catecismo ya no son en la iglesia. Son virtuales.
En esa casa ya se han producido festivales de ballet o incluso se han ido a la playa. Todo ello sin pasar la puerta. La imaginación de adultos y pequeños lo ha posibilitado. Y entre plan y plan surgió el vídeo. Un 'Resistiré' donde con un perfecto atrezo y bajo la dirección de la matriarca de la casa; los abuelos, los compañeros de colegio o los deberes son elementos centrales. También el deseo de aguantar sin darse besos o abrazos, la paciencia o los enfermos forman parte de una letra en la que la morriña y la certeza de que "todos los días sale el sol" se cuela en los estribillos. Ellas lo tienen claro. "Todo saldrá bien", afirman las tres. Un canto a la esperanza. Las niñas nunca mienten y el próximo videoclip lo grabarán en la calle. Seguro. Un día menos.
Josu Alonso
En la actualidad cubre información política aunque, con anterioridad, ha pasado por todos los departamento...